Dios busca al hombre

Ciclo: Fragua de Amor.
 20 Julio del 2010
                                         
Ojalá tengamos la conciencia del salmista, prefiero Señor, un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios, a vivir con los malvados,  porque realmente es un lujo, tener tiempo, en estos tiempos, en el ritmo que la sociedad nos impone y es descubrir qué significa el tiempo delante de Dios. Hoy tenemos menos tiempo para Dios, se me hacía muy grande.

El estar aquí, es una gracia y Él nos ha traido porque nos quiere, no por obligación sino porque quiere llenarnos de su Palabra y hacernos el bien.

Nos llama a abrirnos a su Palabra y a su presencia como lo hizo, en Marcos 7,32, un hombre sordo, al que Jesús lo tomó, lo sacó del gentío, esa actitud de Jesús, de sacar a un hombre de la masa, en donde no era nadie,  y lo atrae personalmente para devolverle la identidad como persona con sus necesidades.

Él nos dice para mí tú eres especial y estoy atento a lo que te pasa y a lo que tú me digas. Jesús sabía que era sordo, y  por eso le metió sus dedos a sus oídos, eso me resulta impresionante porque Jesús le tocó la fuente de sus males, de su enfermedad y se solidariza con él.

Y escuchaba de parte de Dios: ¡Si tú, hoy me permitieras tocar la raíz de tu enfermedad,  porque quiero salvarte!
... y con su saliva tocó su lengua. Yo me preguntaba ¿Quién es ese hombre? Cuántos años ha estado metido en su soledad, aislado, impotente y lejano a su entorno, a su realidad, por falta de comunicación. Y recordaba ¿qué es el hombre? Un filosofo decía que el hombre es un animal que tiene logo, es decir tiene palabra, somos hechos para la comunicación y eso nos diferencia de otros seres.

En lo espiritual. Jesús quiere devolver a cada hombre lo que es su dignidad, según Gaudiun et spes N” 19, la vida del hombre es para vivirla en comunión con Dios, porque existimos por su puro Amor, que nos creó y nos conserva y que sólo encontraremos nuestra más grande vocación cuando nos comunicamos con Él.

No hay hijo, ni discípulo si no hay diálogo con Dios, y la vida de Jesús fue de profunda oración, y comunicación con el Padre. Y yo me pregunto ¿Quién eres tú, para pasar ratos, días sin diálogo con Dios,  Por eso le pedía ¡Señor, regálanos la comunión contigo, no sólo los martes, sino siempre en cada día y todo el día, por el derecho de ser hombres!.

La vocación de comunicación con Dios, no depende de mis ganas,  porque Él sale a nuestro encuentro. Dios se dirige a nosotros y nos invita a abrirnos, como le dijo al sordo: ¡Ábrete! Ábrete al diálogo, a la escucha, ¡Sión! Escucha. ¡Escucha mi voz¡Mira que estoy a la puerta y llamo!  Apo 3,20.

 A veces me siento como esos cerdos, que pisotean las perlas, Él nos dice ¡Mira que estoy a la puerta! Mirar no es lo mismo que ver, a veces no distinguimos, reconocer la presencia de Dios en la oración, es calmar la sed de Dios que tiene el hombre y eso es lógico, pero cuando Dios dice estoy a la puerta de tu corazón y te llamo, a mi me desborda, porque significa que Dios tiene sed de mi vida, y siento que no lo merezco, no porque no sea santa, o fiel, o solidaria con los demás; sino que no me siento merecedora de un Amor gratuito, y que haga lo que haga no lo merezco.

Hay gente que por gratitud es digna de reconocimiento  y puede conseguir Amor, pero yo…Y Dios me decía ¡Déjate amar por mi! Quiero amarte y hacerte el bien. Por eso te llamo y ¿Cómo me llamas? Reconoce mi voz, a través de los sentimientos de nostalgia que tienes, de ese no se qué que desea, la paz, a través de una incomprensión,  o de hacer algo por Dios, o de compromiso con la causa de Jesús, de justicia etc.

Ojala descubramos y reconozcamos que está a la puerta de mi casa.
Cenar contigo es comunión, voy a comulgar contigo y seré solidario a ti. Nuestras quejas son de que no me valoran, no me dan tiempo y tenemos tanta soledad,  y es que de verdad, reclamamos atención y Jesús nos dice: Yo tengo tiempo para ti,  estoy a tu disposición.

Cenarás conmigo, tú serás capaz de comulgar conmigo, pero cuando Jesús nos dice eso, nos da miedo porque creemos, que nos va a pedir algo, me va a conquistar y yo nuevamete caeré en sus redes y es que no estamos preparados para comulgar con Él; porque eso es un proceso y Él nos capacita. Como una misionera, que la llamaban para que vaya a una reunión a España pero no quería ir, porque decía que ella ya sabía lo que le iban a pedir, le darían algún cargo, y se alegró cuando no le llegó la visa, Pero a mi me dio alegría, que ella en un momento se abrió a la fe, y decía si Dios le confiaba algún cargo, Él le daría mucho Amor y el suficiente como para responder a Dios y a la comunidad.

Sentía que Dios me decía: no te quiero capaz,  sino dispón tu Vida a mi Palabra y eso me va ganando poco a poco.
Éxodo 33,11 Dios que hablaba con Moisés cara a cara y eso fue un proceso, Porque Moisés ni siquiera conocía a Dios, fue en la zarza que Dios le habló y le comunicaba los sufrimientos de su pueblo,  aunque Moisés no sentía como suyo al pueblo, Dios le hace querer a su pueblo e interceder por él.

Me imagino a Dios riéndose de nosotros, de  nuestros líos porque Dios va haciendo camino en el hombre que se abre a Él y se va transformando, nos hace fuertes y nos hace crecer para enfrentar las ocasiones en que a veces tambaleamos.

Yo voy conociendo a mi madre, cuando joven no tuvo a nadie y trabajaba en casas,  y por eso mismo se centraba sólo en ella,; pero ahora en diálogo con Dios, va haciéndose solidaria con los vecinos. A veces la veo con su tacita de té, que le  lleva a una amiga que vende en la calle. La oración la hace salir de si mismo y se vuelve a Dios y a los demás. El diálogo con Dios nos hace madurar.

Yo quisiera que mi madre ore con la Palabra y eso le pedía Dios porque ella es más de rosarios y no es de leer la Palabra y sentía que Dios me decía ¿Y tú no eres Palabra? Te he puesto para que Ella vea en ti la Palabra encarnada.

Dios nos hace poner de pie cuando no queremos o podemos hacerlo por las circunstancias. Juan 5, un enfermo hace 38 años,  no se sabe qué enfermedad, pero intuimos que sea parálisis, y pongámonos en el cuerpo de aquel hombre, él estaba ahí y Jesús se enteró y se acerca y le pregunta ¿quieres curarte?  Y él responde con la queja: No tengo a nadie…… 


No ha habido nadie solidario conmigo, pero ahora es Jesús quien se solidariza, Jesús lo vio, se enteró, lo buscó e indaga ¿Quién es ese hombre?  Y en 38 años nadie se detuvo ante él,  y de repente Jesús se interesa en él y ¿qué significaría esto para este paralítico? De repente ya habría perdido las esperanzas,  y ya se había instalado en ese lugar,; pero Jesús le dice  ¡Levántate!  Un sicólogo dice que sería una enfermedad sicosomática porque en el contexto significaba estar maldito por ser un enfermo, y así vivió toda una generación marginado y aún con el sentimiento de culpa, en ¿qué pequé para estar así?

El hombre se pone de pie por la fuerza de la Palabra. Pero creo que su curación comenzó cuando Jesús se solidarizó con él, se sintió valioso y tuvo confianza para levantarse, y más tarde Jesús le dice, no peques más porque pueden ocurrirte cosas peores.

Reconocer que Dios se acerca a nuestra vida y en oración ns da lo que necesitamos. ¿Cuánto tiempo estás enfermo? Con resentimientos, odios ¿Quieres curarte? Es que nadie (la queja) Tienes delante a tu Señor ¿qué calidad de oración tengo? Cuando veo que mis propósitos no los llevo a cabo. ¿Por qué sigo con resentimientos y no puedo levantarme? ¿Cómo tendría que ser mi oración? Permanente, y durante el día llevar una vida orante, en comunión con Dios, discerniendo para llevar a cabo, hasta al final mi oración.

¡Déjate poner en pie por mi! Estás llamado a hacer grandes cosas,  de ti depende mucha gente en casa, en el trabajo, en la universidad etc. Ábrete a mi Palabra para que des fruto. Juan 16,5  a reconocer que sin mi no puedes, ni somos nada.
Pedirle a María, que como Ella seamos fiel a la Palabra que oramos.


ESCUELA DE LA PALABRA
Ciclo: Fragua de Amor.                         Tema: Dios busca al hombre.                                            

Miércoles: Deut. 4,7-9 Dios se acerca a nosotros para conozcamos su voluntad.
Jueves: Gaudium et spes # 19. Apoc. 3,20 Nuestra vocación es vivir la comunión con Dios
Viernes: Juan 4,15-18. Dialogando con El descubrimos la verdad de nuestra vida
Sábado: Juan 5,9-15 El encuentro con su palabra nos pone en pie.
Domingo: Lc.11,1-13  En el dialogo con Dios lo reconocemos Padre nuestro.
Lunes: Exodo 33,12-17. La vida orante nos  da la experiencia  de su compañía.
Martes: Isaias 55,1-3.Acojamos su invitación  y recibamos sus bendiciones.  





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