¿PARA QUÉ ORAMOS?


Bienvenidos sean todos Uds., qué bonito encontrarnos en esta escuela de la palabra, reunidos en esta capillita, junto a DIOS y a Nuestra Mamá María, para escuchar su palabra, escuchar la Voz de DIOS, sus enseñanzas.
Estamos celebrando los 50 años del VERBUM DEI, 50 años de su palabra, 50 años de la fidelidad de nuestro fundador Jaime Bonnet que Dios le regaló este carisma de oración y Ministerio de la palabra y lo ha trasmitido a 28 países por el mundo y entre los cuales se encuentra el nuestro, siendo nosotros herederos de este carisma, debemos profundizar este regalo valorando esta herencia y dándolo a conocer. Estamos en año de gracia, renovación, sintonía. Asumamos esta nueva etapa del VERBUM DEI, etapa más consciente de la riqueza que DIOS nos ha regalado.
La escuela de la palabra es un don, en la que Dios nos enseña a hablar con ÉL, quien nos dice: lo más importante es que estas aquí, de querer hablar conmigo. Acoger el don del SEÑOR, de tener un Dios vivo que se da siempre a nuestro corazón.
La palabra es JESÚS, quien es nuestro Pastor que nos busca, nos habla, nos reconforta y nos guía, por eso escucharle atentamente lo que nos dice. Venimos a la escuela de la palabra para aprender a orar desde la palabra, JESÚS es una persona que atiende nuestras necesidades de cada uno, nadie queda defraudado nos da todos los medios para ser feliz.

La semana pasada estuvimos tratando el tema Qué es orar. Orar es escuchar a DIOS y a nosotros mismos, DIOS habla a cada uno de sus hijos, se comunica, se manifiesta, trasmite, DIOS se da, cuando nosotros oramos ya no somos los mismos nuestra vida va cambiando.
Experiencia de quien escribe
En un momento difícil de mi vida Verbum Dei viene a mi encuentro, por medio de un retiro de Pascua hace dos años fui invitada por mi hermana , y es con la cita de Apocalipsis 3,20 que dice: Mira que estoy a la puerta , es mi primera experiencia de encuentro con Dios , descubro a un Dios que me consuela , me comprende y me ama mucho, yo me encontraba con un corazón duro por el resentimiento y dolor, en ese encuentro sentía que Dios estaba a la puerta de mi corazón y entendía que Dios dialogaba conmigo de la situación en que vivía, experimentar su amor sanando mi corazón del dolor y poder perdonar a mi esposo de su infidelidad , a través de este encuentro Dios me regala la paz, la tranquilidad, quita ese peso de mi corazón y pude perdonar a mi esposo.
“La palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, las articulaciones y los tuétanos.” (Heb. 4,12)

La palabra es como la imagen de un bisturí y todos nosotros lo sabemos por nuestra experiencia que es capaz de extirpar nuestros miedos, temores, odios, resentimientos, dolor, falta de voluntad, etc., y viene a nosotros para ser criaturas nuevas si le dejamos. Él cuenta con nuestra libertad. La palabra de Dios es eficaz cuando hay un corazón abierto que se abandona en las manos de Dios, porque Dios es el Dios del amor que no pasa por encima de nuestra libertad.
La palabra de Dios da sentido a mi vida.
La palabra de Dios llena mi vida.
La palabra de Dios es luz para mi vida.
La palabra de Dios me fortalece, consuela.
La palabra de Dios me levanta, anima.
La palabra de Dios es misericordia, perdona.
La palabra de Dios me enseña, guía mi vida.
Por la palabra de Dios he descubierto mi identidad.
Por la palabra de Dios he descubierto el rostro de Jesús.
Por la palabra de Dios he descubierto el amor de la Trinidad.
Vamos a seguir profundizando en la oración y preguntarnos en esta escuela ¿para qué oramos?
La oración tiene una clara intencionalidad que es dejarnos seducir por Dios para vivir lo que nos dice e ir adquiriendo la mentalidad de Jesús, por eso es importante la escucha de la palabra y responderle a Dios, creer en Él para hacer lo que nos dice, tener fe pues sin ella es imposible agradar a Dios. Heb.11,6.
Oro para que mi fe crezca y me fortalezca haciéndome amigo de Dios y así poder vencer a los enemigos: orgullo, vanidad, envidia, celos, etc, y todo aquello que nos separa de Dios.

Experiencia de quien escribe
Durante este camino de oración ha nacido una bonita relación de amistad, amor hacia Dios a través de su palabra; mi vida es otra. Él sigue transformando mi vida, me enseña a amar cuando le empiezo a conocer. Es mi mejor amigo, mi compañero y yo se que Él me ama y yo también. Él nunca me falla, es mi fiel amigo, mi fe va creciendo por la predicación; hay más confianza y le estoy muy agradecida porque confía en mi a pesar de mi pobreza al darme la escuela de Pro.

Oramos para asimilar el amor Dios.
¿Qué significa esto? “La oración es para asumir, asimilar y enseñar a vivir el amor de Dios” (Fam.D).
Asumir: Dios nos llena de su amor cuando dialogamos con Él es para disfrutar de su compañía, disfrutar de su ternura y de bondad, es decir, que dialogamos con un Dios que es amor, que es nuestro creador, que es nuestro Padre y solo experimentando ese amor en nuestra vida podemos darlo y transmitirlo a los demás, amar como Él (engendrar).
Experiencia de quien escribe
¿Cómo es este amor de Dios? Para mí este amor de Dios es un amor que perdona, que acepta, que acoge, que comprende, que abraza, que te mira con posibilidad.

En los ejercicios espirituales, con la cita: 1 Jn,3: somos hijos de Dios. Tuve una bonita experiencia con Dios Padre al reconocer mi identidad, que soy hija de Dios, sentir ese abrazo, esa ternura. Antes lo veía como un Dios lejano, pero al tener esa experiencia, por primera vez le dije papá. Nació una nueva relación de afecto, confianza y cercanía.

Solo quien experimenta este amor de Dios puede enseñarlo a vivir a los demás.

“Todos los bautizados procedemos de la naturaleza divina de Dios, por lo que cuando oramos hacemos nuestras las preciosas y sublimes de Dios (2 P 1,4).”
Oramos para creer a Dios que nos habla.

Lc 17,5: Cuando dialogamos con Dios es necesario pedirle a Dios: Señor auméntanos la fe, porque muchas veces se encuentra debilitada, o no tenemos fe y el diálogo con Dios nos aviva la fe. Lc 17,6: Si tuviera fe como un granito de mostaza, le dirán a ese árbol que está allí, arráncate y plántate en el mar y el árbol obedecerá. Es como decir que la fe mueve montañas, por eso nuestra oración tiene que ser de súplica.
- Señor, que te creamos cuando nos hables en la palabra.
- Señor, que te creamos que eres capaz de cambiar nuestra vida, que seamos tus discípulos.
- Señor, que te creamos que eres capaz de dar nuestro corazón a los demás, por eso Señor auméntanos la fe.
Experiencia de quien escribe
¿Cómo llegué a los ejercicios? Llegué con mi fe debilitada, preocupada por la comunidad de Pro. El año pasado la gente iba disminuyendo, por lo cual, repartimos volantes, se avisó en las misas dominicales y no llegaba gente nueva. Yo no sabía más que hacer y me dejaba llevar por mis fuerzas humanas. En otro encuentro que tuve con Jesús, a través del Espíritu Santo me dijo lo que tenía que hacer.
Oramos para asumir la escala de valores del Evangelio.
Cuando dialogamos con Dios, Él nos cambia el modo de pensar, nuestros criterios humanos.

Rom. 12,2: “No sigan la corriente del mundo en que vivimos, mas bien transfórmense por la renovación de su mente.”
Solo Dios renueva nuestra mente cada día, a través de ese diálogo que tenemos con Él y su palabra.

Dice Santa Teresa: El mundo lo llevamos dentro, criterios humanos, comparaciones, envidias, orgullo, celos, etc.; transforma tu mente, tus deseos, a partir de una renovación y así sabrás la voluntad de Dios.
Experiencia de quien escribe
Cuando empecé el camino de mi conversión no fue fácil, porque no sabía orar, no sabía amar. Todo ha sido un proceso. Yo era una persona amargada, deprimida, sin ánimos de nada; una persona con mis criterios humanos. Al asistir a las escuelas de la palabra y del diálogo con Dios, Él va renovando mi mente, llena mi vida con la oración y la predicación; cura heridas, tristeza, depresión. Abandoné tanta cólera y celos que sentía, ahora tengo más paciencia. Dios me quita el miedo de hablar en público, ya que Él me había regalado la escuela de Pro y a la vez me he ido formando en la escuela de discípulos y taller de oración.

Ahora ya converso con mis hijos que todavía son jóvenes; ven que los amo y en mi hogar hay más paz, unión y comunicación.

Oramos para ser otro Cristo con todo nuestro ser
Dios quiere la renovación de nuestra mente, corazón, porque quiere que nos parezcamos a su hijo Jesús.

“Precisamente, la oración, como nos la enseñó Jesús, nos pone en contacto con nuestro Dios Padre, creador, que nos da su vida y su amor a través de su palabra. Escucharle y obedecerle lleva al hombre a un cambio, a una transformación de sí mismo en otro Cristo” (Fam.D).

Experiencia de quien escribe
Casi al terminar los ejercicios, cuando oraba con el Señor con la cita de Mateo 5,13: Ustedes son la sal de la Tierra, le preguntaba: ¿Señor, como ser sal con mi esposo? Y Él me respondía: llevando una relación fraterna, al llegar a tu casa pídele perdón y dile porqué, dale un abrazo fuerte, sigue tu camino de conversión. Yo le pedía mucha humildad a mamá María para poder hacerlo y pues a escuchar a Dios le obedecí y al llegar a casa lo abracé, le pedí perdón y sentí muy bien. Esa es la transformación que Dios hace en mi mente y en mi corazón.

Oramos para cambiar la mentalidad del mundo.
Dios no quiere solo nuestra conversión, nuestra transformación, el diálogo con Él. Tiene que suscitar en nosotros el deseo de darle a conocer en la familia, universidad, trabajo, personas que conocemos.
“Hermanos, el hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio, ¡hay de mí si no anuncio el evangelio!. Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi recompensa, pero si lo hago a pesar mio es que me han encargado este oficio” (1 Cor. 9,16-17)
Experiencia de quien escribe
Finalmente, con la cita de 1 Cor. 2,14: El hombre que se quedó en lo humano no entiende las cosas del Espíritu. El Espíritu Santo me dice lo que tengo que hacer en la comunidad de Pro: evangelizar de casa en casa, invitando a familiares y vecinos. Esto está dando resultados y me siento muy contenta por ello. Gente nueva está asistiendo, dándoles a conocer la palabra de Dios, transmitiendo la Buena Nueva. Gracias a Doña Margarita y a Don Felipe de la comunidad de Pro, y a Susana, que con su apoyo y compromiso hacen posible este proyecto de Dios.

Mamá María también cumple un papel bien importante en nuestra vida. Pidámosle a ella que nos ayude en este camino de oración, conversión para poder transmitir a nuestros hermanos la Buena Noticia, el amor de Dios.

Preguntas para reflexionar.
¿Cuáles son tus intenciones para orar?
¿Qué significa ir conformándonos con Cristo?

Rosa
Lecturas
Miércoles: Tener una fe viva: Lucas 17,5-6; Apoc 3,20.
Jueves: Asimilar el Amor de Dios: Familiares de Dios. 2 Pedro 1,4.
Viernes: Creer en Dios que nos habla: Hebreos 4,12: Hebreos 11,6.
Sábado: Asumir la escala de valores del Evangelio: Romanos 12,2.
Domingo: Ser otro Cristo Efesios 4,13; Familiares de Dios.
Lunes: Cambiar la mentalidad del mundo: 1 Corintios 9,16-17.
Martes: Somos partícipes de la vida divina: Mateo 28,19-20.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

FRAGUA DE AMOR

El Amor se goza en la verdad