¿Qué es orar? / Orar es tratar de amistad



Buenas noches, a todos y a todas, bienvenidos porque han sido convocados por nuestro Dios que cumple hoy su Palabra en la que dice. “Con amor eterno te he amado y he reservado gracia para ti”. Jer 31,3

De Lejos Yavé se me apareció, me ha revelado que aun hay mucha gracia por recibir y me ha traído aquí para ofrecérmela.

Hoy es un día muy especial, tenemos razones para celebrar y agradecer en medio de lo difícil del camino de la vida, de las pruebas, y aun de la experiencia del dolor, hay mucho que agradecer y celebrar. Hoy es el día del amor y la amistad y yo le agradecía porque nos ha concedido por pura misericordia conocer el amor, conocerle a Él.

Cuantos a los largo de este día han procurado celebrar el amor, algunos desde ayer, y buscan celebrar lo que no conocen en bares, playas, hoteles, discotecas, muchas veces nos encontramos con hombres y mujeres que tienen u ofrecen un amor devaluado, adulterado reducido a sentimentalismo o lo que es peor , puro sexo.

Estamos aquí para celebrar el Amor con mayúscula, que nos ha enseñado la grandeza y dignidad de ser personas, al amor que nos ha promocionado por encima de los que considerábamos, nuestras capacidades y posibilidades. Al Amor que nos ha enseñado a amar con un amor maduro, desprendido, generoso, paciente, un amor autentico, aun con todo lo que nos falta por convertir.

Hace cuatro semanas hemos comenzado a celebrar los 50 años del Verbum Dei y como en todos los acontecimientos de trascendencia se nos invita a volver a los orígenes, ¿Qué hay en los orígenes del Vd?, la oración de un jovencito de 14 años, que al encontrarse con Dios le reveló sus ansias de ser feliz, y descubrió a un Dios necesitado de su amor y de su vida para los otros. ¿Qué hay en los inicios de VD?, unas jóvenes que vivían en el mundo aparentemente como todos, pero que muy de madrugada escapaban de sus casas para orar juntas y posteriormente contagiarse la fe y ayudarse a seguir más fielmente a Jesús, ¿Qué hay en los orígenes de tu ser Verbum dei?, un encuentro que marcó nuestras vidas.

En la raíz del VD está la oración del mismo modo que esta la raíz de nuestra vida de fe, de nuestro seguimiento.

Hoy vamos a seguir profundizando en la oración y nos vamos a preguntar a lo largo de esta escuela:

¿QUE ES ORAR?

Hemos profundizado y orado esto en muchas ocasiones pero yo no soy la misma persona. Me acordaba de Heráclito, un filosofo griego que decía: “nadie puede bañarse dos veces en un mismo río”.

No somos los mismos nosotros, nuestras situaciones van cambiando.

ORAR ES ESCUCHAR A DIOS.

Se dice fácil pero la afirmación es muy compleja. Dios habla, se comunica, se manifiesta, transmite, se da, Dios habla, de ahí que al acercarse a Israel le dice en el Deuteronomio:

Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6,4-5

“Dios habla” fue una de las primeras cosas que escuché en la comunidad cuando las misioneras y discípulos decían, Dios me dijo, escuchen a Dios decirme, entendí de Dios…..la verdad no era la primera vez que escuchaba eso.

Sabía que Dios había hablado a los santos, que hicieron grandes cosas, que Dios hablaba en sus Pastores y su voz me resultaba muchas veces aburrida, escuche a Dios descarta por boca de sus pastores a la mujer conviviente cuyo marido machista no quiere casarse, condenar al homosexual al drogadicto, al ladrón, sin reconocer al ser humano sufriente que había detrás de su condición de pecador. La voz de Dios se me hacía difícil de asimilar, Dios hablaba de cosas celestiales que no tocaban mi realidad.

Llegué al Verbum Dei y escuché a jóvenes decir que Dios les decía que debían ser más generosos con sus madres cansada, que valoraran sus vidas…., que eran más que un titulo, una cara bonita, escuché a hermanas a quienes Dios les decía que no eran fruto de la casualidad o el azahar, sino fruto del amor de un Dios que desde siempre había deseado sus vidas; escuche decir que a su vez Dios decía que amaba tanto nuestra vida que mandó a su único hijo para que nos pierda nadie y que más bien tengamos vida eterna.

Dios habla, y la oración es escuchar a Dios y no a nosotros mismos.

Recuerdo cuando conocí la comunidad las misioneras nos dijeron que mínimo debíamos orar media hora diaria, ¿de donde iba a sacar tanto tema de conversación?, yo en aquel entonces era muy reservada.

La vida se nos transforma cuando escuchamos a Dios, Yo conocí el Vd el año 1992 no había podido hacer mi quinto año de secundaria por serios problemas de visión, y por estar rehabilitándome, porque en aquel entonces los médicos me habían dicho que estaba a punto de quedar ciega.

Escuchar a Dios decirme en su palabra “Tu sol no se pondrá nunca Yavé será tu luz perpetua”. Escuchar a Dios en circunstancias en que el matrimonio de mis padres se desmoronaba. “no temas porque yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre, tu eres mía, escuchar a Dios en la Palabra nos levanta, nos pone en la verdad en una ocasión habe llorado mucho.

Cuando me decía en Jer 2 “todavía recuerdo tu amor de juventud cuando me seguías por el desierto, por la tierra sin sembrar, ahora te has vuelto, una camellita ligera que vas buscando la sombra de cualquier árbol. Palabras duras que escuché de mi Dios y me hicieron despertar a una seguimiento as autentico. La oración s escuchar a Dios como se le escucha a un amigo, del amigo puedes escuchar la verdad por cruda que sea porque tienes la certeza de que te ama.

Me ayuda avanzar ahora a otra definición de oración. Orar es tratar d amistad muchas veces y a solas con quien sabemos que nos ama.

Hablar como amigos cara a cara sin ropajes, pudiendo exponer ante El con humildad, la lepra que traigo. Señor si quiere puedes limpiarme, A Dios no necesito edulcorarle la píldora, Aquí estoy Señor con roda la rabia encima, por este mal momento que he vivido, me he sentido humillada Señor, juzgada injustamente. Señor siento frustración porque Tú sabes que detrás de mi proceder no ha habido mala voluntad que he intentado orar frente a esta situación, y que he procedido como entendí que tú querías. Mira señor la dureza de mis palabras cuanta violencia han salido de mi corazón, y ante mi catarsis tengo a un Dios que igual que ante la mujer adultera esta callado, entretenido, aunque atento a mí y me dice, “ mujer quien te condena, yo no te condeno. ¿Cómo te voy a abandonar, mis entrañas se conmueven por ti en la vida y en la muerte tu eres mía”, Rom 14.

El es el amigo ante el cual podemos estar a rostro descubierto, Como Moisés hablando cara a cara como un hombre con su amigo.

Yavé hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué, hijo de Nun, no se apartaba del interior de la Tienda. Éxodo 33,11
Al encontrarme sostenida en la oración, acogida, comprendida, “que pasó que pudo ser diferente para que esta persona reaccione”, El señor me dice ¿cómo crees que se siente ella, que debe suponer el encontrarme frente a lo que vives, te das cuenta que sufre.

Si Señor, se que habla por dolor pero no tiene derecho ¿por qué tengo que cargar con esta situación?, y entonces entendía.

Tu eres mi propio corazón, eres mis manos para servir aunque no te agradezcan, eres mis oídos para escuchar una y otra vez lo que ya sabes del dolor del otro y que no se atreve a soltar del todo, eres mis ojos para ver lo que por estar ensimismada no ves y descuida, tu eres yo mismo.

Escuchándole hablarme de ese modo solo me salía un “ayúdame”, dame fuerzas porque la paciencia se me acaba y entonces escucho “ acércate a mí, Yo soy la vid y tu eres la rama, si permaneces unida a mí, no te faltará el Amor, yo te doy lo que tus hermanos necesitan, no faltará la alegría.

Podemos reconocer otra definición de la oración. La oración es un trasplante de vida. En una rama muerta no se puede injertar nada. No somos malos, estamos débiles, la semilla es buena, pero el lugar en el que está plantado, las condiciones del clima no te dejan dar el fruto que tú misma esperas dar, pero yo me uno a ti. Dice el señor si permaneces unido a mi darás mucho fruto.

El sábado volví a ver la película de Madre teresa de Calcuta, una mujer frágil, temerosa, pero por la fuerza de su unión con Cristo, generó una de las obras de Amor más grande que hemos podido presencia en la historia.

Las misioneras y misioneros de la caridad , esparcidos por todo el mundo, amando a los más pobres entre los pobres. El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. Juan 14,23

La fuerza de la unión de Jaime con el Dios Uno y trino que le hizo sacar adelante esta comunidad y mantenerse en El aun cuando el camino no es fácil y los temblores humanos a veces hacen tambalear nuestra comunidad: La oración es un trasplante de vida nueva que podemos recibir si queremos porque siempre esta ofrecida.

La oración es trasplante de mente, en la oración Dios va renovando nuestras valoraciones, nuestros criterios del mundo. Yo me daba cuenta ahora que venía en el metropolitano que la gente me miraba con esta falda que ha pasado de moda hace casi 20años, esta camisa tan cerrada en un verano extremo, que vivimos,

Pero caminando con dignidad por las calles de Miraflores, yo que hace algunos años, moría si no tenía una ropa sencilla pero bonita si no estaban combinando los zapatos, el pantalón el adorno del cabello.

Esto en cosas sencillas pero pensaba como Dios me ha ido cambiando la mente, La oración nos genera un trasplante de mente, hace que no vivamos arrastrados por la corriente del mundo en el que vivimos, sino que nos hace discernir lo que es bueno agradable y perfecto a los ojos de Dios.

Orar para conocer lo que Jesús piensa, y aprender a pensar como El, no con los criterios de los grandes pensadores, por muy sabios que hayan sido, no de los exitosos del mundo que a veces sus pensamientos no son para nada cristianos.

En síntesis: La oración es escucha y respuesta. Es diálogo. No es un monólogo, en el que Él me hable sin que yo le responda. La oración es propuesta y respuesta. Es darte y recibir. Y esto te lleva a un cariño grande, a un afecto increíble. Entonces, Cristo se vuelca en tu corazón diciéndote: “Me pongo en tus manos. Yo confío en ti” Esta es la llamada esta es la pura realidad. (FamVD)
Hna Pilar

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