En los momentos más difíciles, salir de sí mismo y pensar en los demás.


 Juan 15,13: Rom 13,10

Buenos días Señor, gracias porque darme la oportunidad de compartir con mis hermanos nuestros diálogos, salir del horno de tu amor, de ese horno calientito del encuentro contigo, para repartir el pan de tu Palabra.

Jesús nos dice esta mañana que No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos. El sabe que vivimos buscando el amor, ser felices, pero que los problemas, las penas, el dolor, las contrariedades, la enfermedad, el sufrimiento  se nos cruzan a diario en nuestra vida, son parte de ella  y son difíciles de superar;  Jesús sabe que fácilmente caemos en la desesperanza o en la depresión, que  buscamos formulas para no sufrir y  que en el mercado hay una cantidad de, ofertas para olvidarnos del sufrimiento, pastillas, entretenimientos, viajes, etc,  pero que nos calman solo un rato, porque solo son paliativos, cosas que adormecen o distraen pero no curan, ni resuelven nada.
Por eso  se acerca a nuestra vida, nos busca para hablarnos como amigos, ustedes son mis amigos, necesitan amar como yo les amo a ustedes, el amor cuando es grande, saca de sí mismo, te hace mirar que hay otros que están sufriendo también, o igual o más que tú que necesitan y están esperando a alguien que les ayude a afrontar aquello que les pasa, porque no saben aun como vivirlo,  el amar te cura.

Nosotros somos los amigos de confianza de Jesús, a quienes enseña, ahora, que necesitamos llenarnos de su Amor cada día, crecer en su amor para que con ese Amor con que Él nos ama salgamos al encuentro de nuestros hermanos necesitados.
Recuerdo que cuando falleció mi esposo hace poco más de tres años, a pesar de mi fe, de creer en la Vida eterna, tenía una tristeza muy grande, ya había pasado una semana más o menos del funeral,  entonces en oración  le pedí al Señor que me ayudará, y casi inmediatamente me llamó una persona para que vaya a visitar a su amiga porque su hijo había fallecido de un infarto en un crucero. Y esta fue la mejor medicina para mí volver a vivir la misión salir de mi misma para  orar   preguntándole al Señor que le voy a decir a la señora, como se lo iba a decir.

Estamos hechos para dar una Buena Nueva en la vida de las personas, esa es nuestra esencia, estamos hechos para amar, no para quedarnos en nosotros mismos, todo lo que nos pasa tiene un sentido misionero, es para algo, para dar,  para amar, amar es consolar al triste, dar al que necesite, es salir de uno mismo para darse a los demás para entregarse. 

La clave es auto-trascender, salir de nosotros,  porque cuando ponemos nuestra mirada en nosotros mismos, nos centramos en nuestra persona,  tendemos a auto compadecernos, damos vueltas y vueltas a nuestro problema, con cierto grado de masoquismo si se quiere, pareciera que nos gusta sufrir, el sufrimiento hunde, nos anula porque entonces no vivimos para lo que Dios nos ha destinado, para dar vida. En mi experiencia de vida actualmente esta Palabra es eficaz porque en momentos de dificultad,  me ayuda mucho llamar a alguien y preguntarle como está, y casi siempre esa persona dice:”justo necesitaba esta llamada”, las misioneras me enseñaron que curando a otro te curas tú, esa es la verdad,  como dice Pablo, el amor es la ley perfecta,  el amor siempre hace bien al prójimo.

Si hacemos el esfuerzo para salir de nosotros mismos, buscando, llamando por teléfono, visitando al que está solo o enfermo, estaremos anteponiendo la vida de los demás a nuestra propia vida entonces hallamos nuestra vida, nuestra misión, viviremos nuestra identidad lo que somos en realidad enviados del Padre, amigos de Jesús que queremos amar como El, con su mismo amor, eso nos hace salir de nosotros mismos.

“El que antepone a todo su propia vida, la perderá, y el que sacrifique su vida por mi causa, la hallará”. Mt 10,39
Pedirle en los momentos de mas necesidad Señor ¿qué  es lo  que necesitas de mi?, en lugar de pensar que es lo que necesito yo, nos saca de nosotros mismos pensar en los demás, en alguien que también está pasando lo mismo que yo, sin trabajo, sin dinero, frustrado,  y salir a darle esperanza, orar juntos, darle la Palabra hacerle sentir acompañado.  Esa es nuestra tarea en esta vida, si no la vivimos nada tiene sentido.

Jesús salió de sí mismo en Getsemaní cuando  sintiendo “una tristeza de muerte” porque le había traicionado Judas, porque nadie le comprendía y hasta le  buscaban para matarlo,  le rogaba en medio de sollozos, al Padre “Si es posible que esta copa se aleje de mi” Mt 26,39;  (Hebreos 5,7) pero salió de sí mismo cuando dijo “pero que no se haga lo que yo quiero sino lo quieres tu” El sabía que  la voluntad del Padre, era conseguir nuestra salvación, y  en esos momentos vivió sus palabras “no hay Amor más grande que dar la vida por los amigos”  a pesar de la angustia de muerte que sentía,  fue al monte de los olivos a entregar la vida por nosotros sus amigos a quienes ahora encarga su misma misión. Amar es dar la vida por los amigos.

 Gracias Señor porque nos has enseñado la manera  perfecta de amar, Amar como tú nos has amado, ser amigo verdadero, que amar es dar la vida para tener Vida: para tenerte a Ti y permanecer en tu Amor.

Gracias también Señor por la vida del Padre Juan Luis, que con su ejemplo de vida, nos enseñó  el camino Perfecto del amor, que si es posible vivirlo, porque a pesar de su enfermedad, de sus problemas que tenía, siempre le encontrábamos con la misma dulzura en su manera de tratar, siempre viviendo la Palabra acogiéndonos como el Padre misericordioso.

 Gracias Mamita María porque nos amas olvidándote de ti misma, de tu dolor, de tus penas, para darnos a tu único Hijo para que no salve gracias Madre Santa, ruega por nosotros para que tengamos un corazón desprendido que ame como Jesús que piense en el prójimo más que en sí mismo.
Dios nos bendiga.
Nila


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