El llama por su nombre a cada una...y ellas le siguen


Hoy le decía a Dios, qué bueno eres por regalarnos tu Palabra, que es la que nos mantiene resucitados, es tiempo de vivir con V mayúscula, porque al regalarnos su Palabra nos da alegría y ganas de amar; el gozo de la resurrección no es más que vivir como seres humanos, como hijos de Dios, tal cual nos creó Dios.

La resurrección es un volver al Padre, yo me imagino que es volver, ser inocentes, a confiar en Dios y en los hermanos a volver a hablar con Él, a dejarnos encontrar cuando Él nos busca.

Qué bueno y grande es Dios, por eso venimos a esta Escuela de la Palabra de Dios, para aprender a vivir una vida nueva, según su Palabra, porque en su palabra está la vida y Amor que Dios nos tiene.

Yo cuando vine por primera vez a una escuela de la palabra, lo que más me llegó es que a través de la palabra se podía construir un mundo nuevo, a través de la vida que nos ofrece Jesús, es posible vivirla aquí y ahora por amor a Él.

Y si realmente lo amas, a donde vas, vas construyendo reino, con tu Palabra, tus actitudes, con tu manera de ser y pensar. Yo me lo creí y me dije: Si es la Palabra la que construye un ambiente de Amor, en casa, en trabajo, yo la voy a leer. Pero no es sólo leer, sino que es escuchar, asimilar, vivir y predicar la palabra.

El poder de la palabra es tan grande que Dios ha querido por medio de ella salvarnos y resucitarnos.

Lo que necesitamos realmente es creer en esa palabra que Dios nos quiere regalar hoy día, acogerla con todo nuestro corazón, porque sin fe en la palabra en nosotros no pasará nada, nos ocurrirá lo mismo que a los peregrinos de Emaús que la vida y la Palabra de Jesús, solo era un recuerdo para ellos: Se dijo y no paso nada….


Sin embargo con la Magdalena sucede lo contrario. Ella busca ansiosa a Jesús y pregunta dónde lo han puesto y Jesús le dijo: «María». Ella se dio la vuelta y le dijo: «Rabboní», que en hebreo, quiere decir «Maestro mío».


Jn 14,28

Y una vez que sabe la verdad, se alegra y sale a pregonar a Jesús resucitado. Eso sucede cuando la persona ama y ama sinceramente de todo corazón, se deja llevar por el espíritu que le impulsa a proclamar: Ha resucitado mi amor y mi esperanza.


Porque la razón principal del seguimiento es la gratitud. Y la Magdalena tenía mucho que agradecerle a Jesús, porque Él le había devuelto la dignidad de mujer a quien debían de respetarla ¿y tú qué tienes que agradecerle al Señor?


Ese es el valor que tiene la resurrección, un amor que salva y es plenitud de la Vida y el Amor de Dios, a que todos estamos llamados a acoger, compartir y a propagar. Es el poder de la palabra que nos da la certeza de
que con la resurrección ya no sufrirán más hambre ni sed ni se verán agobiados por el sol ni por viento abrasador alguno, porque el Cordero que está junto al trono será su pastor y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida;

y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.»


No sé si les he contado, que cuando recién me accidenté, estuve en coma, me dio un paro cardíaco y me fui de este mundo, en mi cuerpo o fuera de él, no lo sé, y en el otro mundo me encontré con Jesús, y hablamos muchísimo, todo el tiempo que estuve en coma. Y sobre esto conversaba con mi hija, yo le decía si se me acaba el hilo de la conversación qué viene después, y yo le dije será aburrido y ella me contestó: madre, ahí ya no estarás coja, volverás a ser como te creó Dios, ya no más tristezas, ni lágrimas, todo será gozo y felicidad porque veremos a Dios tal cual es y Él nos verá a nosotros tal cual somos y disfrutaremos del inmenso amor de Dios que Él nos tiene.


Y yo creo que la palabra de Dios tiene el poder de revelarnos a Jesús y que la resurrección es la última palabra de Dios y que esta Palabra es más fuerte que la muerte, que nuestros pecados, miedos y traumas.


Por ello. Jesús nos dice: «En verdad les digo: el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, Jesús es la puerta, y nos invita a ponernos por el camino derecho, el nos invita a andar en la verdad, porque el Padre cuando nos creó nos hizo al molde de Jesús, nos creó mirando a Jesús, o sea dándonos capacidades y actitudes para ser como Él, puerta donde otros puedan entrar y seguirnos, que cuando nos vean, sean capaces de seguirnos por la verdad y vida que le mostramos, no nos pase como a la vedette, Melisa García fue invitada a España a pasar unos días nos el jugador Gutti, delantero del Real Madrid, y los reporteros le tomaron fotos allí muy pegaditos y cariñosos, y decían que había algo entre ellos, y en España una reportera puso el grito en el cielo, que Melisa era una aprovechada y muchas cosas; pero lo que a mí, se me quedó fue, lo que dijo esta española: ¡Melisa, España te queda grande!; y yo creo que eso pensamos nosotros, a veces cuando Dios nos dice que amemos y seamos como Jesús, suponemos que Jesús nos queda grande, y nos acobardamos en seguirle, pues fíjate que somos del mismo molde de Jesús y que nuestro corazón encaja exactamente con el corazón de Jesús.

Por eso tu corazón es puerta para amar a todos los seres humanos sin distinción alguna, por que cuando no amamos, somos los que saltamos por algún otro lado, ése es un ladrón y un salteador. Y saltamos por la puerta, cuando nuestro corazón no permite que entren todos, sino mis amigos, a los que me caen bien, a los que son como yo o más que yo y me pueden ayudar a escalar social y económicamente, somos salteadores cuando le negamos el perdón a nuestros hermanos y le negamos la oportunidad de vivir en paz, o contestamos con cólera, impaciencia e intolerancia.

El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. Y es Jesús todo lo hace bien, porque todo lo hace en oración después de haber hablado con el Padre y nada hace, ni dice sino lo ha conversado con el Padre.

Por eso, Jesús, desde su corazón nos conoce y

Sal 95,7nos llama por nuestro nombre a cada uno y nos confía su Misión, a llevar la Palabra de Dios y no tengamos miedo de arriesgar la vida, porque Él, siempre va delante de nosotros, y le seguimos porque conocemos su voz. La oración es un ejercicio diario, si queremos conocer y reconocer la voz del Espíritu que a Jesús lo lleva a conversa con el Padre, y a ir a predicar. El Espíritu Santo es el mismo Espíritu de Jesús, que nos impulsa a obrar como Dios quiere, y siempre será por nuestro bien, sino veamos cuántas experiencias tenemos de seguir la voz que sale de nuestro interior de gozo si es que hacemos lo que nos dice, de remordimiento o pesar cuando no le obedecemos.

Porque, los que no, nos dejamos guiar por el Espíritu de Jesús, se convierte en ladrón que sólo viene a robar, matar y destruir, la inocencia, la honra, el trabajo, los bienes materiales y espirituales de los demás, mientras que yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.

Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.

Is 40,11

Ez 34,15

Ez 37,24

Zac 11,17

He 20,29

1Pe 5,2

No así el asalariado, que no es el pastor ni las ovejas son suyas. Cuan do ve venir al lobo, huye abandonando las ovejas, y el lobo las agarra y las dispersa. A él sólo le interesa su salario y no le importan nada las ovejas.


A mí me encanta la actitud de Jesús de sentirse tan amado por el Padre que le obedece y cumple con la misión que el Padre le ha confiado, dar la vida por los que el Padre, le entregó y no se los arrebata nadie.

Este es la misión que Dios nos confía: a los nuestros, a los más cercanos, esos son míos y que de mis manos nadie los arrebatará, a no ser que sea un asalariado que trabaja por obligación, esos hijos que no saben que hacer con sus padres porque ya no producen y estorban o esos padres que abandonan a los hijos porque no les importa la vida de sus hijos, mi hermana tiene un hijo drogadicto, y ella hubiera actuado como una asalariada lo hubiera botado de la casa y a su suerte; pero como actuaba por amor, ella decía que era la oveja que Dios le había dado y por ella daría la vida gustosamente y le he visto sus sufrimientos durante más de veinte años, con tanta paciencia, cariño, ruegos y lágrimas por él, recién hace un año ve los frutos de sus oraciones yparece que ya está bien, y es eso, ella ha dado su vida para retomarla en su hijo, recién parece que tanto él como ella viven, porque todo ese tiempo de droga los dos parecían estar mueros, uno por el vicio y ella por entregar la vida.

Jn 14,31

Jn 15,10

Ap 5,9

El Padre me ama porque yo doy mi vida para retomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo mismo la entrego. En mis manos está el entregarla y el recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre.»

Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen.


¿Quiénes siguen a Jesús? Los que escuchamos su voz, por eso yo le pedía:
¡Jesús Resucitado, Amigo fiel, despierta mi oído de discípulo esta mañana nuevamente para que pueda escuchar su voz!. No dejes que me pierda en cosas que me distraen sino que pueda distinguir hoy, claramente, tu voz para poderte seguir de cerca, ojalá hoy aprendiera a ver ¡cómo me buscas, me miras, y me diriges una palabra de aliento que no es sólo para mí sino para la vida de los que me confías!

No dejes, Jesús, que siga la voz de los extraños. Es cierto que "nos han dominado otros señores fuera de ti.


Pero ahora, somos esas ovejas descarriadas, que hemos vuelto a Ti, pastor y guardián de nuestras almas.


Jesús, tu intención al ir por delante de nosotros no es que te admiremos, te alabemos o agradezcamos sino seguir tus pasos, Señor, porque ya no eres un extraño para mí; si no que empiezo a caminar por tus caminos y a seguir de cerca tus pasos, fiándome y abandonándome en tus manos amigas, mi amor y mi amistad contigo irán en aumento, porque experimentaré que la propuesta que me haces es una propuesta de gozo y felicidad.

No quiero Señor vivir más como aquel joven rico que lo cumplía todo, lo sabía todo, pero perdía la vida, y no disfrutaba del gozo de tu amistad por no arriesgar nada en tu seguimiento. Como a él, tú me miras con cariño esperando que encuentre en ti la fuerza necesaria para aceptar tu propuesta: seguir tus pasos e ir por delante haciendo camino para otros.

Y hoy Jesús, quiere que nosotros aprendamos a conocerlo y a conocernos profundamente a nosotros mismos, porque si queremos seguirle tenemos que hacerlo con un corazón sincero y muchas nuestro propio corazón nos traiciona, no sé si a ustedes les pasa, yo muchas veces me encuentro engañándome a mi misma: Por ejemplo: me digo no voy a orar porque siento mucho dolor, y yo me pregunto ¿es dolor o flojera? O digo: ¡A mí me cae mal esa persona ¿Por qué? Y digo porque sino hay motivo, y yo misma me pregunto ¿Es antipática? ¿o es que me recuerda lo que soy? Porque yo también soy antipática. Y eso me confronta y discierno qué es verdad y qué es mentira?

Por eso cuando Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.»

Cuando Jesús, pregunta a Pedro si lo ama, es que Jesús quiere que Pedro se conozca profundamente y se vea de lo que es capaz de hacer cuando está con Jesús.

Y Jesús le hace a Pedro una pregunta básica, elemental para un hombre a quien le iba a confiar su iglesia. Porque si ama realmente a Jesús, Pedro va a estar dispuesto a hacer lo que Jesús le propone.

Bien lo dice San Agustín: Ama y haz lo que quieras; Santa Teresa dice el Amor todo lo puede,; San Pablo dice: todo lo puedo en aquel que me conforta.

Jesús, bien sabía que Pedro lo quería, pero también sabía, que Pedro, era judío y como tal a pesar de haber vivido y convivido con Jesús, no había captado el Amor- Vida que Jesús, quería darle, hasta cuando con su mirada le dio el perdón, ahí hubo un encuentro real con Jesús y Pedro comprendió cuánto lo amaba, antes Pedro se dejaba guiar por la ley.

Y es que cuando actuamos por la ley, actuamos con miedo, por cumplimiento, por el qué dirán o para que no se molesten y cuando actuamos por amor entregamos la vida libre y voluntariamente.

Pedro ¿Qué le contesta? ..Tú, sabes señor, que te quiero pero Jesús, tiene que estar seguro de sus sentimientos, A ti Pedro te necesito decidido a seguirme, que no necesitas de mi presencia física para saber que te amo y te amaré; y eso les dará valor a los otros discípulos para que sean mis testigos, de lo que me han visto y oído decir; para que no se sientan que no tienen fe como Tomas; para que no deseen los primeros puestos como los hijos de Zebedeo o no sientan tanto miedo como tú.

Jesús pregunta por segunda vez..¿Pedro hijo de Juan me amas?

La razón más fuerte para seguir a Cristo es que Él me ama. Lo que pasa es que no sabemos, corresponder a ese Amor; ni amarnos bien ni sabemos amar a los demás como Dios quiere. Como aprender a amar? Para eso Jesús me llama a seguirle, para poder devolver a cada hombre su identidad de ser amor.

Amar para nosotros es darnos gustos, y satisfacer al otro hasta en sus caprichos, Amar según Dios, es buscar el mayor bien de los demás. Más que dar cosas se trata de darse, de darle vida que lo haga feliz ¿Y qué nos hace felices? El amor, más que un sentimiento es la gozosa practica de dar la vida, como una mamá cuando da a luz, ella arriesga su vida por su hijo, por darle vida por verlo feliz ¿Qué no daría una madre, por ver feliz a su hijo? El amor no es un sentimiento, porque si fuese un sentimiento Jesús no nos hubiese mandado amar a los enemigos

Jesús le pregunta por tercera vez ¿Pedro me amas?. Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.

He 21,11

Mt 16,22

En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías. Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará a donde no quieras.»

2Pe 1,14

Y añadió: « Tú sígueme.»


La llamada de Jesús es una llamada al amor, a que dejemos una vida rutinaria y aburrida, y empecemos a vivir a su estilo.

Así eran Simón y Andrés, Santiago y Juan los hijos del Zebedeo. Estaban en lo cotidiano, en su trabajo en las condiciones más normales y más discretas, y es precisamente en esa normalidad donde Jesús llama. Desde donde estaban, y desde lo que eran, con amor Jesús se les acercó y les pidió que le siguieran.

Cuentan que en una ocasión, el súper millonario Onassis se encontró con un viejo amigo con el que había estudiado en la universidad. El compañero le contó lo bien que le iban los negocios, y como había podido entrar a formar parte del gabinete económico de una multinacional británica, como asesor financiero. Onassis contento del éxito de su antiguo compañero le preguntó cuánto dinero ganaba con ese trabajo. El ecónomo, lleno de orgullo le respondió: "Gano anualmente un millón de dólares". Onassis le dijo con firmeza: "Yo te pagaré eso mensualmente si trabajas en una de mis empresas". El compañero ante semejante oferta respondió:"Déjeme que lo piense, te contestaré mañana". Onassis le respondió :"olvídalo entonces, no eres lo suficientemente inteligente y ágil para saber apostar por un buen negocio, cuando este se presenta de forma clara"

Algo semejante ocurre en el seguimiento de Jesús. El pide una decisión total en la respuesta que le deben prestar los que le siguen a Él, ya que la envergadura de la empresa a la que Él nos convoca tiene unas dimensiones de vida eterna. Por lo tanto, no podemos postergar el curar a nuestro hermanos, ellos necesitan con urgencia que cumplamos con la misión de sanarlos y salvarlos.

Quien ama de verdad, conoce al Amado y le sigue, creyéndole y confiando en Él. Arriesgándonos a dar la vida por las personas a quienes nos confía.

Y el diálogo de Pedro, y con todas las personas que le hablan a Jesús, es una experiencia fuerte de oración, que siempre termina en una alianza, o promesa de parte de los dos: Pedro le dice, tú sabes Señor, de todo lo que soy capaz si tú estás siempre conmigo. Y Jesús le responde: Yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos. Dios es fiel y lleva nuestra oración hasta el final.



He 20,28

1Pe 5,2

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