AMAR ES UN EJERCICIO

Qué bueno que esta noche, nuestro Papá Dios, Jesús y el Espíritu Santo nos reúnan hoy para hablarnos de su Amor, de la calidad de amor que ellos se tienen entre sí y con ese mismo amor aman a cada ser humano. Y por eso le daba gracias a Dios, desde que tengo uso de razón he vivido rodeada de personas que amaban, hasta darse a sí mismo, y mi única súplica era ¡Yo quiero amar como ellos! Y más cuando conocí la comunidad, no sólo daban amor sino que veía que aquellas personas que aman eran felices.

Como decía el Papa Pio XII, muchos no son buenos porque nunca se han sentido amados.
Como aquel boxeador Mike Tyson, campeón mundial de boxeo, nacido en un barrio pobre, sin amor de padres, su vida pasaba de reformatorio en reformatorio, porque que andaba en pandilla y metido en líos, un día era tanta la fuerza y odio que tenía en el reformatorio lo ataron a un radiador y en esa situación lo vio un técnico de boxeadores y vio en aquellos músculos y cuello, a un boxeador, y lo preparó y llegó a ser el campeón mundial, encontré a alguien que le dé un poco de afecto y lo valoró para llegar a ser lo que fue.

Eso nos pasa a nosotros el Amor lo tenemos ahí en nuestro corazón, falta descubrirlo, entrenarlo como un día le dijo Teresa de Calcuta a Facundo Cabral, era otro tipo que andaba odiando al mundo, porque dice que ellos vivían bien como familia y un buen día su padre desapareció, y por problemas económicos su madre y sus siete hermanos se vieron en la calle, mendigando y él no quería ver a su madre sufrir, huyó de ellos y vagó solo por las calles y tuvo una infancia dura y desprotegida; se convirtió en un marginal al punto de ser encerrado en un reformatorio a los 17 años un vagabundo e recitó el sermón de la montaña y descubrí que estaba naciendo.
Ya adulto se encontró con Teresa de Calcuta y lo vio lleno de amargura, y lo invitó a la India a una de sus casas, y le dijo yo nunca he conocido ese amor que usted tiene, y Teresa le dijo pero lo tienes en tu corazón y está por estrenar y él preguntó y cómo saco ese Amor que me está consumiendo, y ella le dijo tu amor está como enyesado que no te da agilidad para amar, el amor de Dios es una práctica continua de perdón, de servicio, paciencia, tolerancia y sólo nace desde tu corazón cuando amas a tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y al prójimo como a ti mismo, Det. 6,4

Esta es la garantía de nuestra felicidad y el desarrollo perfecto de nuestra vida.
Sólo el Amor a Dios, nos hace amar ¿Y por qué amando a Dios podemos amar?
Porque sólo Dios es fuente de Amor, y si tú crees y tienes sed de amar, bebe de mí y de tu corazón brotará ríos inmensos de amor.

Amar no es saber lo que es amor, no son palabras bonitas, ni conocer teorías, como aquel científico que quería cruzar un río muy ancho y le pide a un señor que le ayude y en el camino le hace muchas preguntas sobre la ciencia y el científico le dice has perdido media vida, si no sabes no tienes vida y en eso viene una tormenta y bote se tambalea y el hombrecito le pregunta ¿Sabes nadar? Y el científico le dice ¡NO! Y el lanchero le responde pues usted ya perdió la vida entera, eso nos ocurre a nosotros tendremos mucho conocimiento pero si no ejercitamos el Amor, amando, perderemos la vida entera.

«Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?».
Jesús le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero.
Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.» Mateo 22,36-40

Jesús lo que quiere esta noche es enseñarnos a amar esa su única preocupación y su objetivo práctico al invitarnos a llevar una vida orante. Oramos para amar. Y en la medida que oramos, nos impulsas a bucear cada vez más la profundidad en ese inmenso océano de tu amor.

Cuando yo venía de unos retiros de Arequipa, venía tan llena del Amor que lo único que hacía era agradecer a Dios tanto amor y al ver el mar, le decía quiero sumergirme en las profundidades de tu amor que nos desborda absolutamente en anchura, longitud, altura y profundidad de la calidad de amor en la que Tú, Señor de mi Vida, te sumergiste y en cuyas aguas nos quisieras ver, fieles imitadores tuyos, sumergidos como discípulos que reproducen, al detalle, los gestos de su Maestro (Ef 3,18).

Yo conocí a un joven que vivía en una pandilla y una noche por conseguir droga fue a la casa de su madre a robarle y los otros le decían a ella no, es tu madre, y el chico desistió. Estoy plenamente convencida de que tenemos una capacidad de amar impresionante. De que la maldad no es innata a nosotros, la picardía criolla que dicen que nosotros, los peruanos tenemos no es innato, lo que sí es innato es una fuerza que nos impulsa a salir al encuentro del otro.

Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado.
En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros.» Juan 13.34-35

Ese es el dinamismo del Amor de Dios que hace que yo ame con el amor perfecto hasta dar la vida. Pues la Ley entera se resume en una frase: Amarás al prójimo como a ti mismo Gálatas 5,14

El amor no hace nada malo al prójimo; el amor, pues, es la Ley perfecta. Romanos 13,10
¿Quién de nosotros al ver un necesitado, alguien en apuros o débil o con problemas, se ha quedado pasivo? Nadie. Porque hay algo en nosotros que nos llama a ayudar y a echar una mano, que no viene de fuera, sino de dentro, algo sale de mí que me lanza. Así nos pasa cuando vemos subir una persona mayor al micro. A todos les viene esa llamada, aunque algunos la tengan más dormida, pero la tienen.

El hombre tiene identidad que es AMOR y la va adquiriendo según se va ejercitando en el amor, empezando por cambiar nuestro entorno con más cariño, siendo más serviciales, más humildes con quienes vamos caminando por el mundo en mi hogar, en el trabajo, en la universidad, donde vayamos, porque a veces queremos cambiar al mundo, pero ni siquiera cambiamos nosotros mismos, como cuenta un chiste de Mafalda, que iban dos señores directivos de grandes empresas hablando y ella detrás escuchándoles, cuando éstos decían: “Cambiar el mundo!... Já!... Cosas de juventud!”; el otro le contestaba mientras se subía en un gran coche: “También yo cuando era adolescente tenía ideas y ya ve, ahora ...!”. Entonces, Mafalda les dijo: “Soñamos, muchachos!.

Tu vida es para amar!. Lo sabes en la medida que lo practicas. Es como una mujer que era sicóloga infantil, y no era capaz con sus teorías de enseñar a caminar a su hija; la tomó la vecina que había tenido seis hijos, y en dos días le hizo caminar. A amar se aprende amando. La vida de todo hombre es amor, y está creada para amar. No hay ningún hombre malo en sí, sino equivocado, mal programado, un poco loco, que ignora cuál es su identidad.

El hombre necesita en todo una respuesta de amor, que es lo que el otro siempre necesita. No es obligando al otro a cumplir la ley lo que le va a dar amor, pegándole a las personas, como alguna vez lo hice, sino amándolas es como ellos descubren su identidad.
Así puedo hacer que cambie de conducta, mis alumnas cuando yo empecé a tratarlas con cariño, rendían mucho más que cuando yo las presionaba.

Por muchas normas o preceptos que me den para amar nunca aprenderé. A amar se aprende amando. En el amor no existe el miedo, ni la coacción, ni la esclavitud. Amar es liberación.

Antes de conocer el Amor de Dios, pensaba como la mayoría, que la cosa de amar era una idea bonita, ¡Amar es imposible!, me decía. Porque todos decían eres como tu padre, y con ese carácter de mil diablos que tienes así vas a morir, genio y figura hasta la sepultura me decían siempre y yo estaba resignada a ser así toda la vida, hasta que conocí a la comunidad y en una formación me dijeron que eso era mentira, que yo era Amor y me lo creí porque Jesús mismo me dijo “Yo mismo te enseñaré amar” y es en la fuerza de su Palabra donde encontrarás mi Amor. Y ahora sé que amar se aprende amando.

¿Quién es el prójimo DESDE LA PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO?

¿Quién es mi prójimo? mi prójimo es el próximo, el cercano con quien me encuentro cada día, con quien vivo, este amor nace de alguien que continuamente vive en sintonía con Jesús, y experimenta que lo ha curado, que lo ha sanado en el camino y que descubriendo lo que Jesús ha hecho con él se regresa a dar gracias y por este motivo este samaritano no puede pasar de largo.

"Después de golpearlo sin piedad se alejaron dejándolo medio muerto".
Tantas veces nos dejan apaleados, sin sentido con un corazón que ha renunciado a amar; pero cuando oramos, la oración nos va dando sensibilidad ante el hermano que está medio muerto, descubriendo cómo reaccionan sus signos vitales por ejemplo: ¿cómo tiene el corazón? Está herido por la traición, la mentira, que lo lleva a la depresión, al querer suicidarse, uno le pueda dar la mano, haciendo ver que Jesús nos enseña a vivir en medio de gozos y esperanzas, tristezas y angustias que podemos reconstruirnos desde dentro perdonando, amando, levantándonos con Jesús de sus caídas, con los ojos fijos en nuestra salvación.

"Al verlo se desvío y paso de largo"¿por qué lo vieron y dieron un rodeo? porque estaban cumpliendo con la ley y no querían contaminarse, complicarse la vida, como lo hacemos en cuántas situaciones nos hacemos los locos, o lo que no vemos para no implicarnos, en un colegio todos los profesores sabían que una alumna era violada por su hermano, pero como su papá era guardia tenían miedo y se hacían la de la vista gorda, cuando un día la niña no pudo más con la situación me contó y yo hablé con la mamá que también tenía miedo hacer algo, lo denunciamos y se acabó el problema, aunque la niña hasta hoy vive con las secuelas pero al menos sabe que alguien no desvió la miraba ni la dejó tirada en el camino.

O a veces dejamos tirado al hermano, al hijo con sus problemas porque tenemos algo más importante que hacer, o porque preocupados por un mundo que esté más puro, me refugio en la iglesia, en sus grupos y no veo lo que pasa en mi casa.

El Samaritano, una persona que había sido discriminado por su religión, reacciona de esta manera porque con él lo habían hecho lo mismo, quien se conoce a sí mismo se llena de misericordia para con el otro, perdió su tiempo se detuvo, se implicó con lo que le podía pasar al otro. ¿Si no me detengo que pasará? actitudes que uno va cultivando en la medida que va reconociendo la misericordia de Dios en nuestra vida. Sintió compasión, que no es lástima que tranquiliza la conciencia, sino que es una compasión que consiste en padecer con el otro.

"Danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando" (Plegaria eucarística).
El samaritano utilizó lo que tenía: aceite y vino, verdad y amor, vino que cura y aceite que conforta, siendo creativos en el amor, superando la ley, lo montó sobre su cabalgadura, las heridas de nuestros hermanos nos afectan pero no basta con sentirlas sino que es necesario caminar hombro a hombro con el hermano, hasta que se cure.

Lo condujo a la posada, buscó ayuda especializada, no se enredó con que yo lo puedo solo, y también supo tomar distancia ante los problemas de nuestros hermanos y lo llevamos en donde va a encontrar a alguien que lo va acompañar personalmente, a un sacerdote, la comunidad, pagó por adelantado es decir lo lleva donde tiene que llevarlo y no se olvida de él, sino que establece con él vínculos fuertes más que de carne y sangre porque la otra persona pasa a ser nuestra, las personas aunque no las tenemos cerca las llevamos en el corazón , por el hecho de que el otro es miembro del cuerpo de Cristo y por tanto miembro nuestro.

El que paga es Jesús, la recompensa la da Dios y la recompensa la vemos concretamente cuando enseñamos con nuestra propia experiencia, el camino recorrido en nosotros para que el discípulo se alimente y de esta manera pueda acompañar con su vida y sus palabras mejor que nosotros, a otros.

Julia.

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