Escuela de la Palabra 05/10/10 Nuestra actividad vital es amar

“DÉNLES USTEDES DE COMER”
(Mc 6,37)

Canto: Alabo tu bondad.
INTRODUCCIÓN:

Buenas noches, iniciamos esta escuela de la Palabra reconociendo el poder de la Palabra que ha tenido en nuestras vidas en casi dos meses que hemos estado con la verdad de fe de FRAGUA DE AMOR. ¡Ha hecho maravillas! El canto con el que iniciamos recoge nuestra vivencia: “Todo mi ser canta hoy, por las cosas que hay en ti. Gracias te doy mi Señor, tú me haces tan feliz, tú me has regalado tu amistad confió en ti me llenas de tu paz, tú me haces sentir tu gran amor yo cantaré por siempre tu fidelidad”.

Dice el salmista: (Salmo 126): Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía un sueño: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de canciones. Los paganos decían: “El Señor ha hecho grandes cosas por ellos”, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y estamos alegres. Los que sembraban entre lágrimas, cosechan entre canciones. Aunque iban llorando al llevar la semilla, vuelven contentos, trayendo las gavillas.

Así podemos recoger la verdad de fe pasada, reconociendo el “PODER DEL AMOR DE DIOS en nuestras vidas”. En este mes que iniciamos “el MES MORADO, EL MES DEL SR. DE LOS MILAGROS”, no es casualidad que terminemos la verdad de fe de Fragua de Amor, sin darnos cuenta nos estaba el Sr. Preparando para vivir la verdad de nuestra vida, el para qué de nuestra vida: TU VIDA ES PARA AMAR.


Esta escuela de la Palabra, la necesitamos todos, necesitamos constantemente remontarnos al para qué de nuestra vida, el para qué de toda nuestra existencia, ¿para qué?

Adentrarnos también al mes del SR. DE LOS MILAGROS, nos ayuda a centrar nuestra vida humana en su para qué de todo lo que vivió, ¡Mira toda mi vida humana, entregada hasta el final y encontrarás tu para qué! ¿Qué te dice? ¿De qué te habla? ¿Qué te suscita? No tienen otra finalidad, la única que orientó toda mi existencia es para un FIN MUY CONCRETO: “PARA AMAR” y esté es el tuyo. Contemplar en este mes de Octubre al Sr. De los Milagros, es un gran regalo para ustedes peruanos y para mi Mexicana. Porque nos abre una ventana al FIN ÚLTIMO DE NUESTRA VIDA TERRENA, nuestra vida aquí en la tierra: PARA AMAR.

Vamos pues, a contemplarle, a dejar que nos centre, nos oriente si nos encontramos perdidos. Dice un autor: “Si no sabes a dónde vas terminarás en otra parte”. ¿A dónde vas con lo que haces? ¿Qué finalidad le quieres dar?

¡Tenemos al Sr. De los Milagros! El que dio toda su vida para amarnos, para que su única finalidad sea sacar de nosotros el potencial de amor que tenemos, la capacidad de amar. Para esto es la escuela de la Palabra, para que cada uno descubra la riqueza que lleva dentro, el potencial de vida. ¡Cuántas palabras de Dios nos ha dicho en este tiempo y todas van a esta finalidad! La que en esta semana me marcó y el Sr. Me estuvo hablando y me llevaba a fiarme de él es: DE LO MÁS PROFUNDO DE TODO EL QUE CREA EN MI BROTARÁN RIOS DE AGUA VIVA, quiero hacerte un manantial de agua viva, y yo solo experimentaba que me dilataba la vida, la capacidad de amar. Pero, no solo eso, si no la capacidad de entregar la vida en libertad a mis hermanos: jóvenes, sras, en la escuela de apóstoles, preparando una jornada, otra, dando charlas con los administrativos de la UL. ¡Es sorprendente!

Todo va a que veamos el potencial que llevamos dentro. No podemos vivir acomplejados, raquíticos, pobretones, con la riqueza que llevamos por dentro. Somos ricos porque somos para amar. Este es el milagro que el Sr. Quiere hacer de cada uno, si le dejamos en este mes. “SACAR LA RIQUEZA QUE LLEVAMOS POR DENTRO”.

¿Cómo? Orando, porque “orar es amar”, y “amamos cuando oramos”. ¿Quién no lo ha experimentado? En México hay un refrán que dice: “LA CARGA HACE ANDAR AL BURRO”, pero no es verdad que la carga haga andar al burro, es la oración, es el Amor. ¡Si nos los creyéramos!. En este día podemos preguntarle a Jesús ¿Qué viviríamos si oráramos? ¿Cómo amaríamos? ¿Cómo enriqueceríamos a muchos? Fijemos los ojos en Jesús para ver cómo sería nuestra vida.

En Mc 6,30-44: Los apóstoles volvieron a reunirse y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

(Mc 6,30) y Jesús les dice: Vengan ustedes solos a un lugar aparte para descansar. Este lugar asolas es la escucha atenta a Dios, porque hay muchas voces que nos impiden sintonizar con Jesús y llegar a amar como él no ama. Escuchar la voz del Señor nos descansa, nos serena, nos sosiega y nos apacienta el corazón.

Necesitamos aceptar ir con Jesús, hacer distancia real del ambiente o lugar que no nos ayuda para escucharle, es necesario el lugar solitario, necesitamos buscarlo cada uno, porque las ocupaciones nos jalan, nos apremian tanto que por eso nos invita a ir con él. Estar con él.

“Son tantos los que van y vienen que no tenían tiempo ni para comer”. (Mc 6,31) Vivir una vida ajetreada no es bueno, corremos, pero ¿Por qué corremos? Nos lleva a un activismo desenfrenado pero eso no es amar, no porque hagamos muchas cosas quiere decir que estamos amando. En este mes nos está haciendo una llamada: “centrar nuestra vida en lo esencial, en nuestra actividad vital”. Detengamos aquí, ¿Qué nos quiere decir?, ¿Qué es vital para nosotros?

“Se fueron en la barca ellos solos a un lugar despoblando” (Mc 6,32). ¿Qué ve Jesús cuando manda a descansar a un lugar solitario a los discípulos? Ve que hay mucha gente como ovejas sin pastor, ve su sociedad, el entorno, ve un corazón hambriento que busca el pan, que están como ovejas que no tienen pastor. Mi gente necesita pastores que amen, que les alimente. Quien ora, ama, porque la oración nos levanta la mirada, nos saca de nosotros mismos, y nos impulsa a amar como somos amados. Preguntémonos ¿Cómo somos amados y veremos que así podemos amar?

“Sintió compasión de ellas porque estaban como ovejas que no tienen pastor” (Mc 6,34).

Jesús envía a los discípulos a orar, pero no se desentiende de la gente. Se encarga de la gente que depende de ellos, de los que los buscan, de los suyos. Amar a los nuestros es orar, es buscar esos momentos de oración, y confiar que Jesús les apacentará, les dará lo que necesitan.

Esto es lo que más nos cuesta. AMAR BIEN, AMAR COMO JESUS NOS AMA. Esta cita bíblica nos ilumina nuestro amor, nos contrasta, nos muestra el paso que necesitamos dar y es de CONFIANZA en el Señor.

Los apóstoles se fueron porque confiaron en Jesús, que él se encargaría de que no les falte nada a esta gente necesitada. ¿Qué hizo Jesús? Les amó. Les vio necesitados, hambrientos de la palabra que sale de su boca, y necesitados de un pastor que les apaciente. Y se puso a enseñarles largamente. Él se ocupa de los nuestros cuando nos propone algo que nos cuesta aceptar porque no queremos dejar en manos de Dios a nuestros hijos, familia, trabajo, etc. Pero amamos bien a los nuestros cuando aceptamos lo que Jesús nos propone y él no defraudará a los nuestros, les amará bien, y se encargará de ellos.

Cuando vemos a Jesús amando, nos contrasta nuestro amor. ¿Cómo amamos? La pregunta nos la responderemos cuando vemos como nos fiamos de Dios. Según sea nuestra confianza en el Señor será nuestro amor a los hermanos.
“El lugar es despoblado…”(Mc 6,36).

¿Hasta dónde nos contrasta Jesús con su Palabra? En Mc 6,36-37, vemos que nos ilumina hasta lo más profundo de nuestro ser. Cuando Jesús nos deja ver algo, es porque podemos hacer mucho bien. ¿Qué hemos visto en esta semana que nos ha llamado la atención? ¿Qué nos ha dejado ver el Señor? Es porque amar como somos amados es tener vista, ver y no pasar de largo una necesidad, es dejarnos implicar por lo que vemos y los demás no ven, sin quejarnos, sin querer que los demás también vean, sino que soy yo quien está viendo. Es don ver la necesidad de los demás, y sentirnos implicados en esa necesidad. Todo esto habla del potencial que llevamos por dentro, de que somos ricos y necesitamos darnos.

Los discípulos no querían implicarse como Jesús, no querían ver, ni sentir como él, por lo que les llevó a decirle: Maestro el lugar está despoblado, mándales a los caseríos a que compren algo para que coman. Muchas veces, ante lo que vemos así respondemos, con un pretexto, escusa, sutilmente le decimos a Jesús que no nos queremos implicar.

Esta respuesta de los discípulos ¿Qué actitudes nos ilumina? ¿Cómo respondemos ante lo que no queremos ver?

Todo esto que vamos meditando en la semana, son tentaciones que se convierten en trampa o trampolín para crecer en el amor, para amar más o para amar menos.

En la medida que oramos nos vamos dando cuenta de cómo vivim nuest y como nos invita a amar.

“Denles ustedes de comer”(Mc 6,37).

Los pretextos son posibilidades, pero que nos tientan sutilmente para desistir de una nueva experiencia en el amar.
Jesús sabe lo que nos tienta, y por donde podemos flaquear, por eso cuando escucha nuestros pretextos, él va a más y nos dice: “Denles ustedes de comer”. No hay pretexto válido para amar, lo tienes todo, porque yo te he amado primero. Tú quizás te sientes que no puedes, pobre, incapaz, o que no quieres. Pero yo te he amado primero. Yo he sido tu buen Pastor, he dado la vida por ti, te he dado mi palabra cuando eras incapaz de alimentarte por ti mismo, nada te faltó, yo te apacenté, he sido bueno contigo, no pasé de largo ante tu necesidad, me detuve en ti, y ante ti el tiempo que sea necesario, el que tú necesitabas, me comprometí contigo, haz lo mismo que yo he hecho contigo (Lc 10,28).

Los pretextos se caen por su propio peso ante su amor, ante su palabra, y nos damos cuenta que tenemos mucho para dar, para alimentar, para dar el gesto y la palabra oportuna a los demás. Por eso, Jesús nos dice “Denles ustedes de comer”, porque el mayor amor de Jesús para con nosotros es hacernos crecer en el amor, que amemos. Pidámosle la gracia de amar como él. De no vivir de pretextos, sino amando.

“¿Cuántos panes tienen?”. (Mc 6,38)

Hoy es un día para averiguar en nuestra vida personal la riqueza que tenemos y valorarla como Jesús la valora. Para amarnos como él nos ama y para amar como Jesús nos está amando. Es vital para nosotros escuchar que Jesús nos pregunta mandándonos ¿Cuántos panes tienen? No podemos vivir ignorantes, ignorando el bien recibido. Cuando lo ignoramos caemos en la tentación de muchos cristianos que prefieren vivir mediocres en el amor.

Jesús no nos quiere mediocres en el amor, sino amando bien, por eso nos ama bien. Miremos ¿Cuántos panes tenemos? Miremos ¿Qué hemos recibido para dar?

Nos puede ayudar para esta reflexión la cita de Hechos 3,1-11. La experiencia de Pedro y Juan en el templo. Cuando somos humildes, sencillos, pobres aceptamos lo que tenemos para dar, porque ¿Qué tenemos que no hayamos recibido?. Pedro y Juan se encontraban subiendo al templo y en la puerta se encontraron con un paralítico que les pedía dinero. Pero ellos lo miraron fijamente, es decir, le amaron descubriendo su necesidad profunda y le dijeron: “No tenemos oro ni plata, pero lo que tenemos te lo damos”.

Su experiencia nos transmite: valentía para dar lo que tienen y no reservárselo y para amar bien, más allá de ellos y del paralítico que les pedía dinero. Que como ellos podamos vivir la experiencia de que no tenemos oro ni plata, pero que lo que tenemos se los damos. Y en nombre de Jesús se los damos.

“Vivir el milagro de Amar”.

Cuando no nos guardamos nada, vivimos el milagro de amar. Porque amar es la experiencia de la multiplicación de los panes. Nosotros ponemos en manos de Jesús lo que tenemos, nosotros les damos lo que recibimos de él a nuestros hermanos y Jesús obra el milagro.

¿Cómo? Bendiciendo lo que damos, sin regateos, generosamente, pero sobre todo confiadamente en el Señor. Él lo valora, nadie lo va a valorar tanto como él, todo lo que le damos en los hermanos él lo besa, lo bendice, lo valora. Pero, también lo consagra, hace que con eso que le damos, aunque sea poco sea oportuno para los demás, haga mucho bien.

Pero solo vivimos el milagro de amar, cuando realmente le damos todo, cuanto no nos reservamos nada. Porque Dios se da del todo a quien se da del todo, y se vuelca en generosidad en nosotros y en los demás.

El milagro de amar, también lo podemos ver en la experiencia de la viuda pobre, que se atreve a dar todo lo que tenía para vivir, Jesús ve ese gesto generoso de amor, que le gana, le conmueve, y le valora tanto que dice a los discípulos, muchos ricos dan de lo que les sobra, pero esta mujer pobre ha dado todo lo que tenía para vivir.

Dejemos que el Señor en esta semana nos haga testigos del milagro que puede obrar en nosotros y a través de nosotros.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

FRAGUA DE AMOR

El Amor se goza en la verdad