“MARÍA, MEDIANERA DE TODA GRACIA”


¡Bienvenidos! Les felicito porque han vencido la pereza, la comodidad y tantas tentaciones que se nos presentan para no venir a la escuela de la Palabra.
El hecho de haber venido a escuchar su Palabra, para Dios significa mucho. “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor, no endurezcan su corazón”. Ojalá escucharas hoy mi voz, porque en un momento humillaría a todos tus enemigos.
La Escuela de la Palabra, por eso, es darle la posibilidad a Dios de que hable, de escuchar su voz, es darle un día de la semana y de ese día dos horas para escucharle solo a él. Lo intentamos de hacer de una forma sencilla, a través de una pequeña hoja, y también de personas que después de haber orado, escuchado a Dios, nos comparten lo que Dios les ha dicho.
Ejemplo: El otro día una persona me dijo: Gloria revísame mi charla, me la envió por internet y le decía: Se ve que no has orado la Palabra, pues faltaba oración. Vuelve a orar, pídele a Dios luz. Después de dos días me la volvió a enviar y qué diferencia…

La Escuela de la Palabra es para que Dios hable y nuestra actitud tiene que ser de escucha. Habla Señor que tu siervo escucha, di una sola Palabra y mi alma vivirá, háblame Señor que tus Palabras son potentes, más que el oleaje del mar, más potente que un huracán. Habla Señor que tu Palabra es luz que me ayuda a salir de mis sombras.
Tu Palabra es salud, fuerza, energía para mi vida. Háblame Señor que tu Palabra le da tanta alegría a mi vida como si abundara en vino y en mosto.
Todas estas semanas hemos estado viendo el Cuerpo Místico o fuente de Comunión, fuente a donde tenemos que ir a beber y ser generadores de comunión. ¡Cuánta riqueza para realmente quedar emborrachados de la gracia de Dios! Y por si fuera poco, tenemos aún otra, es MARIA. Acuérdense que el ocho es su cumpleaños, haber si le preparamos algún detalle y le hacemos una fiestita en el corazón y también con todas las personas que son sus hijos. María no es diosa, no es la salvadora o redentora. Es Co-salvadora junto a… y co-redentora con Jesús.
Quién es María para ser fuente a la altura de la Trinidad, de Jesús Eucaristía y Cuerpo Místico. El Vaticano nos dice: María es Medianera de todas las gracias; medio, puente, intercesora, auxilio. Medianera que por medio de ella nos llega la gracia plena, ella está junto a Jesús al Espíritu y el Padre, repartiendo como toda buena madre a todos su ración. Ejemplo: la mamá que hace milagros con un trozo de pastel con tal que todos lo prueben. La mamá que dice: donde comen 10 comen 20, porque se comparte. La mamá que nos quiere ver unidos.
María está atenta a cada uno de nosotros, somos hijos de ella y le interesó desde el principio que la iglesia estuviera unida, se congregara. Le interesa porque Jesús nos dio un encargo: “QUE SEAN UNO”. Veíamos que era el deseo profundo de Jesús, la COMUNIÓN, LA FRATERNIDAD. Por eso le encontramos presente, perseverando en la oración y en el mismo espíritu con los Apóstoles (Hch 1,14).
María fuente de comunión. Cuando María dice sí, hágase, no lo hace solo para ella, su hágase es mirando la realidad de su pueblo, el momento histórico de su Nación. El Ángel le da respuesta a lo que ella ve: La necesidad de un Mesías, de alguien que gobernará por siempre el pueblo de Jacob, alguien que reinará por siempre. Ella ve la necesidad del Mesías de un Salvador (Lc 1,32).
Ejemplo: ¡Cuánto sufren algunas madres! Cuando crían a sus hijos para ellas o para sus proyecciones, en función de sus planes y cuanto hacen sufrir a los hijos porque los hacen dependientes para siempre. ¡Qué pena! Tenemos muchos bebes de 40 años, María sabe que tiene una misión, una responsabilidad frente a la vida.
Ella reconoce que es parte de la solución, el mundo necesita su sí. María quiere hijos como el Hijo, como Jesús, personas que asumamos la misión de generadores de comunión, personas que nos hagamos cargo de la situación del mundo roto por situaciones egoístas, roto por antipatías, enemistades, envidias;
¿Tú ves la necesidad? ¿La vez en tu casa, familia, oficina o trabajo y en nuestro gran mundo? Cuando se ve parte de la solución, tiene que asumir las consecuencias, ¿Cómo lo hace María? En un momento de mucho dolor al pie de la cruz, Jesús le pide un más… Mujer ahí tienes a tu hijo. Mujer que estás de pie fuerte y valiente, ahí tienes a tu hijo y María vuelve a decir si.
Jesús entró al mundo por el sí de María y se va al Padre con el Sí de María, qué mujer firme y tan coherente. Mamá ¿Qué te supuso a ti ser nuestra Madre? Jn 19,27 continúa: desde ese momento el discípulo se la llevó a su casa. María nos asume y el discípulo también asume a la Madre. ¡Cuánta necesidad tenemos de una Mujer como María: “Madre”!
(Estatutos FMVD 232): Las dificultades con las que tropieza el hombre para nacer de nuevo a la vida Divina, para iniciarse en su identidad cristiana sin malograr su gestación, desarrollo y crecimiento debido, hasta la madurez y plenitud de Cristo, reclama necesariamente el cuidado de la mamá.
Las dificultades con que tropieza el hombre para nacer de nuevo a la vida divina que es la vida de fe, de amor y de fraternidad, esa vida donde el otro es hermano, es parte de mí y parte del Cuerpo Místico, esa vida que nos hace descubrir en todo hombre un hijo de Dios. María nos quiere llevar hasta la madurez y plenitud en Cristo. Necesitamos la ayuda de ella para ser generadores de comunión.
¿Qué es lo que le preocupa a la madre, si no son sus hijos? Mi mamá muchas veces decía: Pobres mis hijos, pero yo le decía, mamita pero ¿Por qué pobres si están bien? Pero ¿De qué habla una madre? De sus hijos. El fracaso con la no aceptación propia, el desanimo y derrotismo y tal vez la desesperación, fruto de nuestro individualismo y soberbia, dejan en nosotros llagas y cicatrices, resabios amargos, difíciles de eliminar en este mundo de ambientes enrarecidos y contaminados. Mil veces empezamos y nos levantamos y otras tantas veces sentimos la debilidad y flaqueza que nos bloquea o la caída que nos hunde. María vela junto a nosotros en espera atenta de la resurrección; y en todos los traumas de la vida propia y de los hermanos podemos experimentar la mano suave y fuerte, acogedora y firme de María (Estatuto FMVD 238)
María se hace cargo de nuestro proceso, ella es esa célula Madre en el Cuerpo de Cristo, reserva de fe, de gracia, la llena de Gracia, reserva de confianza en Dios: “Has encontrado el favor de Dios”. ¡Qué significó para ti esto Madre, que Dios esté a tu favor? El Dios que para ti es el Dios triunfador y vencedor, Si Dios está a mi favor ¿A quién puedo temer? ¿De quién puedo temblar? Aunque acampe un ejército contra ti ¿Qué podrá hacerte? No temas, amparo de mi vida es el Señor ¿De quién puedo temblar? Sal 27,1-3.
Dios está a nuestro favor, ¡Mira un gesto tan sencillo! Te ha traído aquí para darte su Palabra, te quiere sacar de las tinieblas, de la duda y desesperación. Te quiere llevar por caminos de comunión, de autenticidad y coherencia. Ese Dios que te guía a fuentes abundantes.
María es esa Mujer fuerte, esa Mujer que el pie de la cruz nos asume, porque está cimentada en Dios, tiene sus raíces bien plantadas en las fuentes de la salvación, su vida construida en roca firme, experimenta en medio de ella, a un Dios como ese héroe que salva (Sof 3,16). Por esto, ella es fuente, creyó una Mujer humana como cualquiera de nosotros, se convierte en fuente, en vida que salta para la vida de muchos.
El que crea tendrá que beber y de su seno brotarán ríos de agua viva, por la fe sólida y firme, María es fuente de Vida Eterna para el mundo de hoy, de ella brotan ríos de agua Viva. Al acercarnos a ella nos contagia fe, nos entran ganas de ser hijos en el Hijo, nos enseña las virtudes tan necesarias para un verdadero discípulo: humildad, docilidad a su Palabra, sencillez; que nos hace tanta falta para no complicarnos con tantos traumas y cicatrices, resabios amargos enraizados, sencillez para dejarnos, soltarnos y abandonar nuestra vida como ella: Hágase en mí según tu Palabra.
Mamá ayúdanos a vivir la comunión, la fraternidad, porque de esto dependen que muchos crean. Que todos sean uno como tu Padre, estás en mí y yo en ti. Sean también uno en  nosotros: así el mundo creerá que tú me has enviado (Jn 17,21).
La Madre, nos quiere responsables, no niños de 40 años, y por eso nos comparte su responsabilidad: ser uno, ser comunión, iglesia, para que el mundo crea. Nos toca poner la vida, abrirnos a los otros, abrirnos al perdón, a la solidaridad a la misericordia. Jesús en nosotros se cobija y se confía su suerte y su destino en multitud de hermanos.
Madre queremos contar con tu ayuda. La Madre, inmediatamente nos presta el sí. ¡Cuánto me ha ayudado en mi vida muchos momentos, en los que yo no podía, no tenía fuerza, no me veía capaz de hacer las cosas que Dios me pedía, cuánto me ha ayudado acudir a la mamá y decirle: prestame tu sí, fuerte y maduro! Mamá tu se el sostén de mi fe y de mi sí. Escuchar de ella: HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR, QUE SE HAGA EN MI SEGÚN SU PALABRA.
Sentir que me agarra con su mano suave, acogedora, firme, segura y así poder continuar mi seguimiento. La mamá tan querida que nos empuja y nos impulsa.
Chiste: que tiran a uno a la laguna que se estaba ahogando y por ahí alguien le pregunta, ¿Qué sentiste, para hacer ese gesto heroico? Y él responde: lo único que quiero es saber quién es el imbécil que me tiró.
Mamá querida ayúdanos a que nuestra humanidad de vida al Cuerpo Místico de Cristo, a través de esta identidad que nos has regalado: ser Verbum Dei, Palabra de Dios orada, asimilada, vivida y anunciada. Ojalá podamos aprovechar la ayuda de esta fuente, tan limpia y tan pura como es María, medianera de todas las gracias.


ESCUELA DE LA PALABRA

Ciclo: María.                                 
Tema: fuente    de Comunión                                                                                   

Miércoles: Hechos 1,14 Lucas 1,30-32 María medianera de todas las gracias.
Jueves:  Juan 19,26-27 Estatutos#338 María nos asume, en nuestro proceso de fe.
Viernes: Lucas1,32-38 Estatutos# 232 Todos necesitamos una madre.
Sábado: Salmo27 Sofonías 13-18. María nos infunde confianza.
Domingo: Rom.14,7-9; Mateo 18,21-35 María nos ayuda a crear comunión.
Lunes: Juan 7,36-38 María es la fuente que genera comunión.
Martes: Juan 17,15-21 Con Ella, Esperamos  la resurrección de  multitud de hermanos. 







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