Somos generadores de comunión
¿Qué es la escuela de la palabra?
Es el encuentro con el amor con quien sabemos que nos ama mucho, que quiere que aprendamos a vivir de verdad y ¿qué es vivir de verdad?
Es ser generadores de comunión que es: comunidad, que es hogar, familia, aprender a ser uno en medio de las diferencias y llevar eso mismo que vivimos a toda la Iglesia, porque ese es el proyecto que Dios tiene para todos sus hijos, que vivamos la unidad, que es vivir el Reino.
Por eso hoy al salir de aquí tenemos que compartir lo que recibimos, porque la escuela de la Palabra nos hace misioneros, nos envía y no podemos callar lo que el Señor hará en cada uno de nosotros; por eso esta noche quiero alabar al Señor adorarlo y agradecerle tanto bien recibido y lo hago con el salmo 116 ¡Como le pagaré al Señor tanto bien que me ha hecho?.
Cuando llegué a la comunidad era como un barco a la deriva, mi matrimonio estaba a punto de naufragar pero Dios que está atento a mi vida como a la de cada uno de ustedes me tendió una tabla de salvación y me permitió que llegara a la comunidad que a mí me ha enseñado con paciencia y con amor a conocer a quien todo lo puede y que con la fuerza de su Palabra todo lo hace nuevo y esto yo lo afirmo y lo expreso con total seguridad, certeza y confianza, porque se que siempre estoy en camino, porque soy una persona pecadora y siempre hay dificultades pero mi camino va cuesta arriba y apuesto siempre a mas porque así nos enseña nuestro Maestro.
“Sed perfectos como su Padre que está en los cielos es perfecto” Mt 5,48
Les contaba que cuando llagué a la comunidad mi vida no tenía sentido y esto es porque era muy egoísta, hacia lo que a mí me daba la gana no tomaba en cuenta la opinión de mi esposo, ni de mi familia, cuando me invitaban a salir de viaje yo me iba, para nada consultaba ni con mi esposo ni con mis hijos, pero ahora gracias al amor que Cristo pone en mi corazón ha cambiado mi forma de obrar. Por eso te pido que esta noche te abras al poder y a la fuerza renovadora de la Palabra estés como estés, la Palabra nos hace nacer de nuevo a la vida, porque vivir es amar, y solo se vive cuando se ama. Mt 13.33
Escucha el te dice esta noche “el Reino de los Cielos es como la levadura, que una mujer mezcla con tres medidas de harina. Al final toda la masa fermenta” Mt 13.33
Jesús tiene una pedagogía muy cercana y familiar en nuestras vidas para que comprendamos sus palabras.
Se viene a mi mente una experiencia que he vivido de niña…cuando mi madre preparaba el pan dejaba la masa desde la noche con la levadura y a la mañana siguiente había crecido esa masa mucho…
Así nos pone a nosotros el Señor que como comunidad seamos como esa levadura como ese fermento para generar comunión que desde aquí desde el seno de nuestra comunidad podamos ser esa levadura que actúe sobre toda la masa que es la IGLESIA.
¿Pero como llegar a ser ese fermento para crear Reino desde el seno de nuestra comunidad?
Uno es aprendiendo y viviendo aquí en una comunidad que es variada y numerosa esa comunidad, ese hogar, esa familia, que luego llevaremos a otros lugares donde nos encontremos: como nuestra familia, colegios, universidades, centro laboral, parroquias; muchos de los aquí presentes ya conocen como está formada nuestra comunidad.
Somos una familia misionera integrada por la Fraternidad con tres ramas consagradas, pero todos formamos, la familia Verbum dei, extendida por los cinco continentes.
Somos una familia muy numerosa y variada y nos preguntamos cómo ser uno en esta realidad la respuesta la encontramos en el ejercicio diario de oración que hace posible que el amor trinitario trabaje en nuestro corazón y nos lleve a ser fermento, a crear Reino.
Recuerdo como me recibieron cuando llegué por primera vez, la acogida que recibí me animó a seguir asistiendo, el amor que yo veía entre las personas que no lo había visto en otros lugares, a mi me fue enseñando, haciendo el fermento para mi vida porque yo no soy sola, tengo esposo, hijos, nieto, trabajo.
Eso es hacer realidad el anhelo de Jesús que dice en Juan 17, 21, “Que todos sean uno, cómo tú Padre estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”
Jesús me enseña a vivir en comunión desde una realidad de fe en la que su Palabra nos lleva a buscar unidad en todos los lugares donde nos encontremos, si bien es aquí donde tenemos que ejercitar ese amor fraternal, y lo que aprendemos a vivir aquí lo tenemos que extender, que llevar a donde vamos, yo por ejemplo en mi hogar con mi esposo busco mantener esa unidad , desde nuestra oración procuro que sigamos preparándonos, estamos en un proceso de discernimiento para saber dónde quiere el Señor que le sirvamos.
Pero en todo mi caminar busco que seamos uno, por ejemplo con mi hijo, ahora lo he aprendido a amar, a conocer, el Señor me hace amarlo como es él, ya no le exijo ser como yo quiero, en mi centro laboral busco que reine un ambiente de unidad, de trabajo en equipo, y así cada uno de nosotros estamos llamados a hacer realidad el anhelo de Jesús cumplir la misión que nos ha encomendado él nos dice:
“He venido a traer fuego a la tierra y ¡Cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Lc 12,49
¿Qué potencia de amor, que calidad de amor tenemos tu y yo en nuestro corazón para prender fuego del Amor Trinitario en la vida de nuestros hermanos, desde ese amor de unidad, de comunión, que aquí en nuestra comunidad aprendamos a ejercitarnos en el Amor fraternal que nos debemos los unos a los otros.
La máxima promoción a la que tenemos que apuntar en nuestra vida es vivir el amor trinitario a profundidad con radicalidad… ¿tu apuntas a ser Cristo o no?
¿Y apuntas a que los demás lo sean o no? Y como comunidad apuntamos a revelar con nuestra vida el rostro de Jesús que es comunitario que es fraternidad?.
Yo por ejemplo me he encontrado que en muchos momentos de mi vida yo no he revelado el rostro de Cristo, yo he ido aprendiendo de la Palabra algo muy bonito ¿que cuando yo vivo a quien busco contentar? Escuchen lo que dice en gálatas:

¿Busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo. Gálatas 1,10
Y yo muchas veces con mis acciones he buscado contentarme a mi misma o a los hombres pero no a Dios, por ejemplo:
Cuando me he comprometido en algo solo porque me den las gracias, cuando he callado algo que lo debía decir por cobarde, cuando he permitido que cometan una injusticia por no hablar, incluso cuando he juzgado sin fundamento por creerme lo máximo; pero ahora que ya tengo un camino y que en mi comunidad me han enseñado a ser fraterna, a vivir el amor, intento vivir en verdad.
Y eso me lo enseña Jesús, por Él la gente decía:
“Como es que comen y beben con los cobradores de impuestos y con pecadores?”Les respondió Jesús: No necesitan médico los sanos sino los enfermos” Lc 5,30
Y es que Jesús tiene muy clara y definida la misión, a Él no le importa como están las personas en que andan, como se encuentran; si bien Jesús rechaza el pecado, Él quiere que los pecadores se salven, que lleguen a conocerle, Él quiere que todos conozcan el amor para que sean uno en Él.
¿Y nosotros comunidad Verbum Dei estamos dispuestos a seguir este propósito de atraer a todos los hijos al Padre, para regalarles la vida eterna, así como Jesús que dio la vida para que nosotros nos salvemos y lleguemos a ser uno y generadores de comunidad?
Para ello no esperemos hacer cosas extraordinarias sino ordinarias con amor, tal vez una llamadita una respuesta agradable, ayudar a alguien que me necesita acompañar al anciano, comprometernos a dar charlas, siempre tenemos que estar en camino como dice nuestro fundador viviendo el Reino, buscando todas las oportunidad para generar comunidad.
Por eso hacer realidad el sueño y la misión que Jesús nos ha encargado, teniéndole a Él como soporte podremos vivir el Reino aun por encima de nuestra propia naturaleza.
Yo por ejemplo soy impaciente por eso es que busco tener una comunidad en donde nos formamos y aprendemos a comulgar con el amor de Cristo y a revelar su rostro, para ser generadores del Reino de comunión en todos los momentos de nuestra vida y en donde tengamos que actuar, por eso hagamos realidad este querer de Jesús anunciando su Reino,
Trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Jesús les dijo: “Yo tengo que anunciar también a las otras ciudades la Buena Nueva del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado” Lc 4,42
¿Nosotros, discípulos de una comunidad misionera nos comprometemos a vivir y a hacer vivir a otros hermanos este amor trinitario cuya máxima expresión es el amor fraterno?.
Que ellos también lo conozcan solo así estaremos viviendo el mandamiento que Él nos da en Juan 15,12
“Este es mi mandamiento: que se amen unos a los otros como yo los he amado”
¿Y como nos vamos a amar, y como seremos uno en el amor de Cristo, como sabrán si no hay quien lo anuncie? Y por eso nosotros tenemos que darlo a conocer porque aquí nos estamos formando cuando venimos a la Escuela de la Palabra cada martes para crear Reino, para ser generadores de comunión, de familia, seguros que en esta misión no estaremos solos, seguros que Él está atento y pidiendo al Padre por nosotros como lo encontramos en Juan 17,20
“No ruego solo por estos sino por todos los que creerán en mi por su palabra”.
Cuando el nos envía su interés y compromiso nos acompaña. Por eso nuestro amor fraterno a cada miembro del Verbum Dei tiene como punto de mira el Hogar y la repercusión para miles en el tiempo y en el espacio que Dios ha dispuesto para cada uno de los que elige.
Y a nosotros nos ha elegido nos ha llamado para ser generadores de comunión, por eso pidámosle a nuestra Madre que es experta en crear reino de comunión, hogar familia que no acompañe, que nos regale su corazón para amar como ella.

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