ESCUELA DE PREDICACION

Dios en su inmensa misericordia nos busca continuamente y en diálogo nos invita a entrar en su intimidad  porque somos sus amigos, yo a ustedes no les oculto nada: todo lo que soy  y hago, eso se los he dado a conocer y a nosotros nos toca responder de la misma manera a abrirnos al diálogo  mostrarnos tal cual somos y a eso nos ha llamado, a vivir en esa relación: Él me habla y yo le respondo, yo le hablo y Dios me responde.
En esta Escuela Dios quiere que  vayamos conociendo el Amor y gustemos personalmente de él, eso es la oración de disfrutar en el diálogo con Dios cada mañana, a cada momento, y más disfrutamos cuando  ese diálogo,  Dios nos va transformando en él.
La oración es eso Dios dialoga para que nosotros seamos lo que él es: es una locura de Dios que yo sea como él y me transforma en él si yo le dejo. Para mí el regalo más grande que me ha dado Dios es el poder dialogar continuamente con él, imagínense en esta situación ya me hubiera muerto de más  soledad  que del accidente, orar aun cuando no puedes, porque Jesús ora por ti para que tu fe no decaiga.  Es Dios que euiere formar parte de tu historia, de tu camino quiere ser tu compañero, amigo.
Y esa oración es como fragua que te va purificando, es muy bonito aunque a veces duela y tengas que llorar, al recordar tu pasado de pecado, de indiferencia ante un Dios tan bueno, pero el en esa fragua te va limpiando, purificando, sacando lo vil que tienes y transformarlo en oro, que es amor, vida para los demás.
Esta noche Dios quiere en esta Escuela,  valoremos  la Palabra que es Jesús, y es su Palabra que nos engendra a la vida de Dios y nos hace criaturas nuevas,  esta palabra que nos consagra a Dios y  a nuestros hermanos.
La Palabra es  fuego que no podemos apagar porque después de un encuentro con Jesús, Él  nos envía, la Palabra nos hace embajadores de Dios, porque lo que tu recibes de Dios no lo puedes callar.
Yo me acuerdo en la primera convivencia  no podía callar lo que había recibido, y me dije:  de esta alegría tienen que disfrutar mis amigos y mis hermanos, porque la oración nos convierte en fuentes vivas, maestros de oración y nos llama a  formar fraternidades que oren y enseñen a orar.
Y llegué a mi barrio y forme una fraternidad.
Para mí la predicación no es más que ese ¿Cómo te pagaré Señor todo el bien que me haces?
De verdad, yo no sé cómo pagarle, por eso le digo al señor cada mañana, ¡Señor! Hoy quiero ser tu enviado, porque yo sé que tú  no te vuelves atrás al llamado que me has hecho de  ser tu voz, sé que no puedo movilizarme como quisiera pero puedo seguir predicando desde donde estoy.
En mi primera convivencia tuve una experiencia de amor de Jesús muy bonita, yo era una persona que vivía todo el tiempo peleando con Dios por las situaciones de opresión, pobreza, violaciones de  la gente de mi alrededor y me enfurecía con él, le reclamaba para qué había servido su muerte, si el mundo cada vez era más malo y viendo a eso de las 4 de la mañana, desde un balcón de la casa de retiro, quedaba en medio de un pueblo muy, muy pobre y viendo a la gente que con carretillas se iba a trabajar, a los panaderos, a mujeres vendiendo leche, yo le reclamaba, qué hacía Él ante estas situaciones, porque esa gente que sale a las 3  ó 4 a la mañana a trabajar regresa en la tarde con 10 ó 15 soles que no les alcanza para comer y viven enfermos, y quién los cura y amén de reclamos, pero sentí la presencia de Jesús en forma de copa de la consagración que me decía yo por ellos me consagro cada día, era la primera vez que escuchaba su voz muy dentro de mi corazón,  y yo sentí tanta alegría que dije ¡Señor! Tú existes!
Y con este testimonio yo inicié mi predicación, y aunque no sabía  el valor de esta gracia lo repetía y repetía tanto que les dije a las misioneras, yo no sé por qué les llama la atención esto cuando es de todos los días,  y ya no quería predicar.
En la siguiente convivencia yo iba a dar una charla y a la verdad era por la insistencia de las misioneras que acepte y me puse a reclamarle a Dios, me acuerdo debajo de un árbol,  y más que predicar quería tener limpia toda la casa  donde orábamos y yo le decía a mi hija sólo quiero tenerle limpia siempre la casa del Señor, y me acuerdo que ahí debajo del árbol, Dios me dijo:


«No vale la pena que seas mi servidor, Is 42,6




6Tú serás, además, una luz para las naciones,para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra.»Isaías 49,6

Y desde ahí me ilusiona predicar porque es una manera de pagarle al Señor todo el bien que me ha hecho, gracias a la predicación mi vida va cambiando a  360 grados diariamente porque veo que la Palabra del Señor tiene la fuerza suficiente para salvarnos, por la predicación muchos han conocido la salvación, que la Palabra de Dios, cuando es  aceptada y acogida con fe es como dice: en Isaías 55,10-11


Por que asi: Como baja la lluvia y la nieve de los cielos
y no vuelven allá sin haber empapado la tierra,  sin haberla fecundado y haberla hecho germinar,  para que dé la simiente para sembrar y el pan para comer,  así será la palabra que salga de mi boca.  No volverá a mí con las manos vacías  sino después de haber hecho lo que yo quería,  y haber llevado a cabo lo que le encargué.


A mí me encantan estas Palabra, porque cuando aceptamos la Palabra y la hacemos vida, estamos haciendo que esa palabra transforme nuestra vida y de frutos de vida que van a dar vida a otros,  de verdad esta Palabra a mí me lleva a la Eucaristía, donde su Palabra consagrada, se reparte como el trigo, hecho pan,  para dar vida, y no vuelve de  igual manera como Dios la envió sino transformada en frutos de  vida, de cuántos la escuchan y la ponen en práctica,  eso es la oración si cada días oras, dialogas con Dios tu vida va dando frutos que le sirven a otros, la Palabra te da el poder de que también tú, con tu vida y tu Palabra cambies y cambies a los  que viven contigo y tu Palabra vuelve al Padre cargada de Vida y amor.


¿Cuántos han aprendido a orar por ti? Cuánto por ti conocen a Dios y han cambiado su vida?
Cuando yo me convertí,  mi vida cambió de la noche a la mañana que lo veían todas las personas y me decían: ¡Enséñame a orar! Y todo lo que estaba a mi alrededor cambió, mi familia, mis compañeros de trabajo nada de chismes, ni chistes de doble sentido,  más unión, con mis vecinos formé la fraternidad de las que ya les hablé,  que cumplió con la misión que Dios le había encargado que sean más solidarios y así continúan hasta hoy.
Y es que uno cuando recibe la Palabra y se deja empapar por ella: sucede lo que dice la Palabra en  1 Juan 1, 1-4,   Nosotros predicamos Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos y palpado con nuestras manos  que la Palabra es vida.


No dejamos de contar las maravillas que Dios va a haciendo con nosotros,  lo que vemos en los testimonios que dan después de la convivencias, vemos  el testimonio en la Palabra se hace vida en nosotros y tiene fuerza para que a través de nosotros muchos también lo hagan, para mí, predicar la Palabra no es más que un acto de gratitud a Dios por todo lo bueno que es, porque nuestra vida de amarga, triste, sola Dios la ha convertido en un reinoe amor, de paz, alegría, uno no puede callar lo que ven nuestros ojos, vidas transformadas, lo que escuchan nuestros oídos: testimonios de vida,   de cómo la Palabra les cambió la vida, porque otro les predicó, ustedes escuchan cuando predican, Marcos, Anita, en Trujillo me gustaba cuando un joven decía; a un Dios tan pobre por mí, no puedo dejar de anunciarlo y hasta hoy sigue…


Y Jesús ha querido perpetuar este llamado, cuando  Marcos 3,13-14, nos dice: Jesús subió al monte y llamó a los que él quiso, y se reunieron con él.  Así instituyó a los Doce apóstoles, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar.


Lo bonito de este pasaje es que Jesús llama para que estén con él, es decir en diálogo continuo, allí les fue preparando para la predicación,  la predicación es fruto de la oración, Jesús mismo lo hacía pasaba en horas de la madrugada, de la noche, buscaba sitios solitarios sosegados, donde dialogaba con el Padre y eso que le había dicho el Padre, eso anunciaba, la predicación no es otra cosa que anunciar  lo que has oído de parte de Dios y de lo que eres testigo de lo que él va haciendo en tu vida, de ahí la importancia de orar largos ratos, sosegados, íntimos, cariñosos, porque cuando oras, haces lo que dice en Lucas 12,49 
He venido a traer fuego a la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!


¿Qué fuego viene a prender la Palabra? El fuego que nunca se extingue, el fuego del amor y el deseo de Jesús ¡Cuánto me gustaría que ya todo estuviera ardiendo de amor! Porque el amor todo lo hace fácil, ama y haz lo que quieras dice San Agustín; si realmente amas eres capaz de predicar, eres capaz de perdonar, de  tolerar, de orar uno actúa por amor,  porque actuar por obligación es matador, no salen las cosas como Dios quiere con fuego, oras a medias o mal, perdonas porque no te queda otra y así se van haciendo las cosas como decía mi madre: “ a la diabla”, y nadie te agradece, por eso vivo agradecida con Dios porque su Amor  todo lo hace bien.
La oración hace que tú no te vuelvas atrás ante las dificultades.


Él no  se vuelve atrás, no se arrepiente, cuando a Jesús le seguía la gente ya hasta tarde de la noche, se conmueve ante  su hambre y sus necesidades y los discípulos querían irse, porque les parecía imposible que Jesús quiera dar de comer a tanta gente con los pocos peces y panes que habían,  Mateo 14, 16  Pero Jesús les dijo: «No tienen por qué irse; denles ustedes de comer.»


Jesús quiere completar su obra, a través de sus discípulos aunque ellos se crean incapaces les demuestra de lo que son capaces ¿No pueden acaso darles de comer a ustedes? Eso es lo que van a hacer ustedes cuando yo me vaya al Padre: saciar   el hambre de mi pueblo. A veces nos sentimos incapaces de saciar el hambre de nuestros hermanos por miedo, porque no soy digno, o no son tuyas sino de Dios que te convierte en fuente de agua viva.yo sé, no saben que el habla es Jesús y las fuerzas nos viene de Él.


¿Qué pan necesitan los tuyos, los que viven a tu alrededor?  ¿Dónde está el alimento que sacia nuestra hambre? ¿Dónde está la verdad?
Porque  nuestra gente no necesita el pan material, ¿recuerdan a Juan Pablo II, cuando estuvo en Villa El Salvador, les dijo a los obispos, ellos no tienen hambre en el estómago, tiene hambre de la Palabra de Dios,  hambre de justicia, y les digo: denles de comer y esa es su misión.
Cuando mi mamá estaba enferma, yo viajaba de Trujillo a Piura todos los fines de semana y llegaba cansada, con dolores  y lo único que quería  dormir, y cuando llegaba  mis hermanas me decían:  esta noche enséñanos a orar  como lo haces,  y yo sentía que Dios me decía tienen hambre de la Palabra, y oraba con ellas hasta la madrugada de sábado para domingo, y así sin dormir pero felices regresábamos  a trabajar,  y es la Palabra la que les dio nuevo sentido a la vida y a la muerte, porque le ayudaron a mi madre a morir en paz y a ellos esperar en la vida eterna. 


La predicación nos hace salir de nosotros mismos, te hace salir al encuentro de las necesidad
es del otro.
¿De qué tienen hambre tus hijos, tu esposa, tus vecinos, tus compañeros de universidad, de trabajo? ¿Cómo sales al paso de tus hermanos de comunidad?
Dales de comer la verdad que sacia,  que los colma y calma, quizás tienen hambre de compañía, de compresión, de que alguna vez, ellos tengan la razón, de que no siempre tengas  tú, la última palabra, déjalos que alguna vez sepan que ellos te ganan en tener las últimas noticias, en que saben más que tú, que son más útiles que tú  y tantas cosas más…
Porque  es así en humildad que la semilla de la Palabra da fruto de amor, amistad de vivir y convivir bien como hermanos, como compañeros, amigos, humanos, fraternos, donde estemos, como dice la Palabra en Mateo13,22


La semilla que cayó en tierra buena, es aquel que oye la Palabra y la comprende. Este ciertamente dará fruto y producirá cien, sesenta o treinta veces más.


Y con cuánto más amor tú, le pongas producirá más frutos.
Por eso Jaime Bonet, nuestro fundador, dócil al Espíritu Santo,  nos dice como familia Verbum Dei:
nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la Palabra. Hechos 6,4
A la oración porque viendo a un Cristo leproso a sus 16 años, consagró su vida para curar la realidad de ese Cristo  de hoy, Él entendió que la muerte y Resurrección de Cristo puede darse hoy a través de nuestro carisma, es un carisma que sale al paso frente a lo que estamos viviendo cada uno en su casa, trabajo, universidad en el país,Cómo le salimos al paso a nuestra gente, hoy? Ahora políticamente polarizada, por dos bandos  ¿Quién ora por los candidatos? Para que se dejen guiar por las necesidades reales del pueblo y no por sus intereses o quién tiene más poder,  como dice Mario Moreno Cantinflas, vamos a jugar como hombres o como lo que somos,  en ese momento México vivía épocas de elecciones entre candidatos uno de izquierda y otro de derecha,  y según él se comportaban como lo que eran unos animales y ante esa situación Jaime Bonet, nos dice, salgan al paso de la gente con la oración y la predicación, con la predicación que implica dar la vida, pero una vida transformada en optimismo, en paz para todos los peruanos y eso depende mucho de nuestra oración.
Oración para que los dos candidatos,  busquen  los intereses de los más necesitados.
Oración para que nosotros elijamos lo mejor para nuestros hermanos no para nuestros interés o con el hígado, por odio o por lo que dicen lo demás.
Orar para que el que salga  presidente cumpla sus promesas y se deje guiar por el Espíritu Santo.
Nuestra oración es la Palabra de las promesas que se cumplen y que hace que nuestra vida de frutos en abundancia.


Oremos para que la familia Verbum Dei sea fiel a su carisma.
Pidamos a María, su manera de orar, me la imagino en silencio y todo el día pidiendo por su hijo para que logre cambiar la situación de su pueblo, el corazón de las personas que Él que fuera a la Palabra, no regrese al Padre sin haber cumplido su misión de crear un mundo  nuevo, un reino de paz y am

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