"Necesitas Nacer de Nuevo"


II Semana de Pascua. Juan 3,1-8
En el evangelio de hoy día, Jesús nos quiere hablar de un Nacimiento nuevo, de conversión de metanoia, y para eso nos invita a hacer una composición de lugar y meternos en la conversación que tiene con un hombre llamado Nicodemo, él era un Fariseo, una persona religiosa, muy apegado a sus tradiciones religiosas y se acerca a Jesús una noche, (por temor a que lo vean visitando al Maestro) y le dice:
"Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él".
¿Porque busca a Jesús, Nicodemo?. Seguramente, al ver los milagros que hacía, algo en su interior le decía que esto era de Dios, pero quería saber algo más de Jesús, así como muchos de nosotros; y va verlo en la noche para que nadie lo viera. (Adelantándonos un poco, este encuentro provocó en él una conversión, nacer de nuevo, como vemos después en Jn 19,39)

Jesús lo escucha y le responde: «EN VERDAD TE DIGO QUE NADIE PUEDE VER EL REINO DE DIOS SI NO NACE DE NUEVO DESDE ARRIBA.»

¡Nacer de nuevo!!, para mi es lo más importante que una persona puede escuchar en su vida, ¡lo más hermoso! .
Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?".

Yo recuerdo que hace muchos años antes de conocer a Dios, era católica por tradición, creo que no era mala, pero vivía solo para las cosas de la tierra, como la mayoría, sin pensar en las cosas de “lo alto”, como dice Jesús. Recuerdo que no encontraba el sentido de mi vida, muchas veces pensaba, ¿para qué habré nacido? Trabajar, hacer cosas, atender a mi familia, darles lo que necesitan, educación, alimentos, vestido, esto será todo? , muchas veces sentía el vacío, que me faltaba algo mas, era una nicodema, y a veces me deprimía mucho, también por mis errores, mis equivocaciones y en esos momentos, pensaba “como me gustaría nacer de nuevo, cuantas cosas cambiaría en mi vida…. pero eso es imposible..”
Pensaba como Nicodemo, que le pregunta a Jesús, extrañado : "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?". No puede entender lo que Jesús quiere decirle...

Y Jesús al ver su reacción, le confirma "TE ASEGURO QUE EL QUE NO NACE DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU NO PUEDE ENTRAR EN EL REINO DE DIOS.
Jesús primero le habla de nacer de lo alto para VER el reino de Dios y ahora le dice que es necesario también para ENTRAR, no entramos en el Reino de Dios, por saber mucho, por haber leído muchos libros espirituales o haber asistido a seminarios, y doctorados en teología. No se entra por lo intelectual. 
Al Reino de los cielos se entra por la fe, como lo hizo Tomás ayer, meternos en el costado abierto de Cristo, para nacer del Agua y del Espíritu, morir y resucitar con Cristo a la Vida Nueva preparada para nosotros desde el Principio. (Colosenses 2,12) necesitamos vivir ese proceso, de conversión de reconfiguración de nuestra alma, de todo nuestro ser, para nacer en el Espíritu.

Jesús sigue explicándole a Nicodemo con mucha paciencia y amor porque necesita que lo entienda, así como cada uno de nosotros necesitamos urgentemente entender lo que Jesús quiere decirnos con Nacer de Nuevo: ” Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.

No te extrañes de que te haya dicho: 'Ustedes tienen que renacer de lo alto'. Si bien hemos nacido de papá de mamá, de lo heredado genéticamente, de lo adquirido: experiencias buenas o malas, lo que no buscamos pero se nos presentó; lo elegido, las decisiones que tomamos, todo aquello que formó nuestra manera de ser, para vivir lo del mundo. Eso es de la carne pero ahora Jesús nos invita a entrar en el proceso, de pasar de la carne al Espíritu, lo que implicará un nuevo nacimiento, un doloroso proceso de renacimiento y reconfiguración de nuestro ser.

Y precisamente todo lo que estamos viviendo actualmente, forma parte de ese proceso, de volver al Espíritu, la experiencia de ahora nos hacen ver, que nuestras debilidades nos vienen de lo aprendido, de lo intelectual, y que la fuerza, el valor para superar y mantenerse con fe, en tiempo de crisis, viene de lo espiritual, de Dios, del nacimiento nuevo en Cristo.
"El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu".


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