He venido para que tengan vida y Vida en Plenitud

VIVE LA PALABRA
Yo toda esta semana me vivía con lo que me quedé de la escuela del martes pasado, ¡Señor quiero ser tu complacencia! En todo, ahí, desde donde estoy y con todo lo que soy, tengo y no tengo y me imagino que era porque aún estoy asimilando el no poder hacer mi misión como yo quiero, quisiera ir a evangelizar, formar fraternidades y pienso que así sería complacencia de Dios, pero Jesús hoy me decía: Tú eres mi complacencia si me escuchas y haces Vida mi Voluntad, lo que el Padre quiere y yo le decía eso es una señal de que me aceptas, tal cual estoy y es que Tú pones todo de tu parte y complementas mi pequeñez.
Porque no hay mayor riqueza que la de su Palabra y su Palabra es viva: provoca una nueva vida en quien la escucha, La Palabra es eficaz, pues logra el efecto que Dios quiere, es la que penetra en el hombre hasta donde ni él mismo puede y le convierte en lo que él, por sí mismo, no puede: en otro Cristo. Esto es lo que complace al Padre.
Cuando fui a Trujillo, tenía que hacer muchos trámites y un señor que vive por la casa, es taxista así que contraté sus servicios, y me contó que su madre lo abandonó a los 3 años y una tía lo acogió pero lo maltrataba mucho, y a los 8 años huyó y empezó a dormir en la calle, empezó a drogarse, hasta se metió en una pandilla, que robaba y mataba a la gente por conseguir droga, hasta que un día lo metieron a la cárcel, en esa fecha él ya tenía 19 años y dice que un misionero lo visitaba y le hablaba con la Palabra de Dios, y que una noche fue una noche de gracia, recordaba que el misionero le había repetido muchas veces: Aunque tu padre y tu madre te abandonará yo no te abandonaré porque eres muy importante para mí. Dice que él sintió con tal fuerza la Palabra que sentía que Papá Dios lo abrazaba, y que de él fluía una inmensa alegría, que lloró toda la noche de una felicidad que nunca había conocido y decidió dejar todos sus vicios y hacer una vida nueva, comenzó a portarse bien y a predicar la Palabra, y que por su buen comportamiento le redujeron su pena, y salió dispuesto a rehacer su vida y hasta hoy dice que no deja de orar diariamente y cada vez que lo invitan sale a predicar.
A mí este hecho me conmovió hasta las lágrimas y sólo venía a mi mente ¡Dios mío que grande es tu Amor y misericordia!, porque sólo una persona que ama puede hacerte tanto bien, hasta que logra sacar de nosotros tu imagen y vida.
A eso venimos a la Escuela de la Palabra a llenarnos de su Palabra que es Amor que es VIDA y Vida plena cargada de alegría y felicidad.
Sentía que la invitación que el Señor quiere hacernos esta semana es a que des compliquemos nuestra oración; y a aprender a disfrutar nuestra oración diaria, a que disfrutemos de convivir con Él, para que nos sacie realmente de lo que nosotros profundamente deseamos, añoramos. El deseo profundo de vivir a lo Dios, porque cuánto más oro, descubro el misterio de la Vida de Dios en mi Vida.
Y que para que yo lo entienda, Jesús me decía, en su Palabra en Juan 1,14
El Verbo se hizo carne, puso su morada entre nosotros.
Por eso Dios se hizo palabra de Dios encarnada, para que siendo como nosotros sea más fácil reproducirle. Es como esas bailarinas de ballet que se ejercitan mirando a cómo lo hace su profesor/a y no está satisfecha hasta que la ha reproducido o superado, y el profesor queda complacido. Para eso se ha hecho hombre Jesús no sólo para darnos su Palabra sino que la ha hecho carne, para que viéndole nosotros no tengamos miedo reproducirle y crear ese el lazo de una profunda amistad.
Que conmueve, hasta preguntarle ¿Cómo siendo tú el Creador de cielo y tierra, de todo cuanto es y existe, orientas tu ser a ser hombre? ¿Por qué quieres hacerte hombre si eres Dios? ¿Por qué someterte a la pequeñez de la criatura humana, débil, frágil, quebradiza, enfer¬miza, sometida al pecado y hasta a la misma muerte? Aunque mi mente no puede comprenderte, te amo porque te dejas encontrar, despojado de todo de tu gloria divina, y te sometes al proceso humano de engendrarte, nacer, crecer, para de¬cir¬nos a quienes te buscamos, que es posible el en¬cuentro.
¿Qué te mueve, mi Dios, para que¬rerme tanto? ¿Qué es el hombre y qué tengo yo, para merecer tu de¬cisión de hacerte humano como yo?¿Merece tanto mi vida? ¿No es excesivo tu derroche de amor? ¿No es despro¬porcionada tu búsqueda de mí, con tal de provocar el en¬cuentro?
Y Jesús me contesta, en Juan 14,6
Jesús contestó: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Juan”
Es porque querías ser mi camino en vivo, porque no estaba hecho! Todo era trocha en la que hay tantos caminos y ninguno va a Ti, sino que nos perdemos.
Y querías que como Tú pasáramos por la vida haciendo el bien. Por eso te dejaste forjar por Dios en esa obediencia a las circunstancias... en Belén, ahora Nazaret, ahora Egipto, ahora una mujer que te toca esperando quedar sana (Mt 9,20-22); ahora un leproso que te grita: si quieres puedes curarme (Mc 1,40-45). Ahí haciéndote camino para todos, deshaciendo tu vida libremente... ¡cómo me gustaría a mí hacer lo mismo!.
Por eso la gente al verte te preguntaba:
Entonces le preguntaron: « ¿Qué tenemos que hacer para trabajar en las obras de Dios?» Jesús respondió: «La obra de Dios es ésta: creer en aquel que Dios ha enviado.» Juan 6,26-34
Creer no sólo significa decirlo sino adherirse a las Palabras del que las pronuncia hasta hacerlas Vida. Yo me acuerdo que cuando tenía 8 o diez años me robe una moneda, y me descubrieron, y luego en casa se perdían moneditas y me echaban la culpa mis hermanos y me sentía mal y lloraba y le decía a mi mamá que yo no era; pero mi mamá era muy linda y me decía el ladrón/a caerá no llores ni te preocupes yo te creo y cada vez que decían que yo había robado, mi madre les decía: ¡Ya caerá el verdadero ladrón y eso a mí me daba mucha confianza.
Creer es más que fiarse, es Amar, es empezar un nuevo estilo de vida, y eso nos lleva, defenderla, custodiarla para que nadie me la arrebate, porque es VIDA.
Por eso le decía a Jesús ¿Cómo custodiabas tu fe? Orando en continuo diálogo con el Padre.
Por la fe cambiamos la Vida, aunque nos cueste, como hizo Zaqueo. Lucas 19,1-10
Este pasaje es un ejemplo precioso del dinamismo de la Oración:

1º Paso Prepara.- Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había allí un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los cobradores del impuesto y muy rico. Quería ver cómo era Jesús, pero no lo conseguía en medio de tanta gente, pues era de baja estatura. Entonces se adelantó corriendo y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí.
Cómo se preparó Zaqueo:
Zaqueo, ha preparado su corazón no ese día; sino que anhelaba hace tiempo tener un encuentro con Jesús porque quería conocerlo y lo admiraba, por eso entre la muchedumbre que seguía a Jesús: él se adelanto, corrió y se subió al árbol: y se despojó de su propia dignidad, compostura, seriedad, prestigio, desafía el ridículo con tal de ver a Jesús.. Se libra de todas las trabas sociales. Manda al diablo las buenas formas. A Zaqueo le importan un bledo todos los comentarios hirientes de la multitud. Desafía a las burlas, a las risas, con tal de ver quién era Jesús.
El que quiera ver a Jesús, por eso rompe con los esquemas sociales, se arriesga desafiante ante la multitud y se gasta los ojos en su búsqueda personal.
2º Paso: Escucha la Palabra.- Cuando llegó Jesús al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa.» Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
Cuando Jesús se dirige a él, Jesús ya lo conocía y le habla desde su realidad, sabe que es de Jericó, que es un publicano, que es rico, Jefe de los cobradores de impuestos, sabe que es de poca estatura, conoce sus deseos más recónditos, sabe que lo busca, a Jesús no le resultaba ninguno indiferente y asume los sufrimientos del Hombre, y se autoinvita, como en tantas otras ocasiones come con los pecadores (Zaqueo) sale para "buscar" y a salvar lo que se había perdido. Jesús "busca" a Zaqueo como el pastor "busca" la oveja, la mujer "busca" la moneda, el hijo busca a su Padre y el padre lo ve cuando aún estaba lejos -Jesús levantó los ojos y dijo a Zaqueo: Hoy tengo que quedarme en tu casa.
3º Paso Asimila la Palabra
Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Entonces todos empezaron a criticar y a decir: «Se ha ido a casa de un rico que es un pecador.»
Jesús llega a la casa, al corazón de Zaqueo, que es el verdadero templo.
¿Qué pensaría Zaqueo que era un hombre rico de lo que Jesús había dicho: que "es más fácil que un camello pase por el agujero de una aguja que un rico vaya al reino de los cielos"? o Zaqueo se quedó más bien que: "lo que es imposible para los hombres es posible para Dios ".. Eso le lleno de esperanza. Porque recordaría que Jesús había venido por los pecadores y él era un pecador público; Jesús había venido por los marginados y los publicanos como los samaritanos eran marginados en Israel, Mateo 19,23-25
Entonces Zaqueo no podía esperar, en consecuencia, que Jesús se hospedara en su casa, ni siquiera se atrevía a mezclarse con los seguidores de Jesús y tenía que contentarse viéndolo pasar, con un poco de suerte, por debajo de la higuera a la que se había subido. Pero Zaqueo, al pensar de esta manera, se equivocaba, ignorando que su condición de marginado y pecador era justamente lo que le hacía a los ojos que Jesús se fijara en él y Zaqueo cayó en la cuenta que Jesús ese día venía por él, que era digno de la salvación.
4º Paso: Vive la Palabra
Zaqueo, ya en su reflexionar conoce a Jesús y sabe lo que piensa , cómo ama a cada persona, y que les decía mi alegría será colmada cuando ustedes sean uno y tengan el mismo proyecto del Padre, y que esa era la vida que le proponía una Vida y VIDA en plenitud, abundantemente colmada, de la admiración pasa a conformar su voluntad a la voluntad de Jesús, fruto de que lo conocía, le había seguido de lejos y deseaba ser como Él. Y en plena libertad y voluntariamente con un corazón arrepentido y una conversión sincera, hace una oración humilde y sin engaño. y dijo resueltamente a Jesús: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más.»
Y realmente sintió que en su corazón, había llegado la Salvación, Y nuestra salvación es cuando se unen las dos voluntades: la mía con la de Jesús.
Y cuando uno siente la salvación, no saben qué peso se quita de encima; pero comienza a saborear el gozo verdadero que nadie lo da, ni las riquezas.
Aunque llegar a este gozo signifique la humillación, eso es cruz, que es reconocerse pecador delante de todos, que no es la humillación por la humillación de hacerte quedar mal, sino de ayudar a sus hermanos a saber cuál es la verdadera riqueza.
Vivir la Palabra no es sólo encuentro personal sino comunitario, del Yo se pasa al nosotros. Zaqueo pertenece nuevamente a la Comunidad: ¡Ya no haré más daño a mis hermanos!
La comunidad se ve enriquecida cuando la Palabra la hacemos Vida, por que la Comunidad es lo que cada uno es, por que el encuentro con Jesús nos hace más fraternos, forjadores de la unidad, cuando decimos comunidad nos referimos a nuestro hogar, a nuestro centro de trabajo, a la Universidad, a la Comunidad Verbum Dei, a la Iglesia.
En cuanto a la Comunidad, Gloria nos decía en el retiro, que estamos en marcha, y para marchar necesitamos miembros que arriesguen su tiempo, su voluntad, su vida, como Mandela decía, en su discurso de toma de gobierno: No tengamos miedo; nuestro miedo es sabernos poderosos, que somos luz, que somos la sal, que tenemos talentos y no sabemos cómo usarlos, hemos nacido para manifestar la gloria de Dios que hay dentro de nosotros y al manifestarla haremos que otros hagan lo mismo, y al liberarnos de nuestros miedos, automáticamente liberamos a otros.
La Palabra que se vive nos hace misioneros y produce el mismo dinamismo de Dios uno y Trino en nosotros ensancha nuestro corazón en una vida comunitaria, a ser creadores de fraternidad, a que formemos una unidad entre todos.
Jesús, pues, dijo con respecto a él: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Nosotros somos como Zaqueo, que a pesar de ser tan pequeños, pecadores, tratamos acercarnos al misterio de Dios, pero también cuando oramos quedamos maravillados cuando vemos a un Jesús tan humano.
Como dice el poeta “Así: tangible, humano, fraterno... Caridad que viniste a mi indigencia, que bien sabes hablar en mi dialecto, amigo, ¡cómo te entiendo!. ¡Dulce locura de misericordia los dos de carne y hueso!.
Y eso nos impulsa a buscar a Jesús en medio de la insatisfacción en que vivimos y en medio de las prisas de nuestra vida, en nuestras calles y ciudades, intuimos que ALGUIEN nos acompaña, nos busca y que podemos llegar a descubrirlo, a pesar de nuestra pequeña estatura y de que la gente en su histérico ir y venir lo dificulte.El encuentro es gracia, cuando se percibe que Dios no se contenta con dar respuesta a nuestras preguntas, sino que en Jesús quiere entrar en nuestra casa, compartir nuestra vida a entrar en nuestra intimidad, participar de nuestra mesa, para comer yo con Él y Él conmigo
Quien abre sus puertas a Jesús cae en la cuenta de que no es él el que da, sino el que recibe. Está ya preparado para la transformación gratuita.
Zaqueo no le dice a Jesús acudiré al templo con más frecuencia, o me acercaré arrepentido a los líderes religiosos, o estudiar a fondo la Ley y sus preceptos. Que son decisiones sanas por supuesto pero Jesús es mucho más profundo que nosotros. Y sabe que compartir lo material es un problema espiritual en el que se reconoce a Dios como Padre de todos los hombres.
¿Qué ha sucedido con Zaqueo? Que durante todo ese tiempo de buscarlo, encontrarlo y tener intimidad con Él ha captado el pensar, sentir y vivir como Jesús.
Y es reconocer que la Vida que nos quiere regalar Dios es en plenitud, hay una Palabra en la Biblia que dice completamente llenados de su plenitud, es Dios que está presente en cada aspecto de mi vida, ni una sola cosa que ocurre en mi vida está fuera de su control. A veces todo se puede volver muy desesperante, se sale de nuestras manos y nos encontramos en un momento vulnerable emocionalmente, débiles e indefensos y no parece haber salida y dentro de la desesperación todos nuestros recursos terminan fallando uno tras otro terminamos sin nada y entonces venimos ante ti para encontrar refugio.
Porque su Gracia es Suficiente. Ya no quiero seguir caminando y buscando, tu gracia me basta. Quiero vivir sólo para ti. Reconozco que a veces trato por mis propias fuerzas de caminar pensando que tengo suficiente fuerza para hacerlo. Que duro es el golpe que viene cuando me encuentro con mi insuficiencia y mi debilidad, cuando me encuentro con tu santidad y tu omnipotencia.
Tu Gracia es Suficiente para mí en las pruebas. No sólo es suficiente en los momentos de alegría o en los momentos de dolor. Tu gracia es suficiente en todo momento. Sin tu mano sosteniendo a este mísero pecador, estaría perdido.
Para terminar Dios nos invita esta noche a Vivir la Palabra de Dios:
¿Cómo? Pero permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes. Un sarmiento no puede producir fruto por sí mismo si no permanece unido a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí. Juan 15,4
Unida efectivamente a Dios, de gozarse de su presencia, de disfrutar de su mirada y de su amor y por ello nos dejamos transformar el corazón para dar frutos en abundancia y dar Vida en plenitud a nuestros hermanos
El objetivo es formar predicadores que oren y vivan, formar personas orantes (personas de Dios) que con un fuerte testimonio de vida entren en el mismo dinamismo del apóstol enseñando a vivir y orar a los otros.

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