WWW.escueladelapalabra.blogspot.com

ESCUELA DE LA PALABRA: RESURRECCIÓN Y COMUNIDAD

La comunidad tenía un solo corazón y daban testimonio de la Resurrección de Jesús

Me daba alegría la semana pasada cuando se nos invitaba a reconocer que cada uno de nosotros somos parte de ese redil apacentado por el Señor y la riqueza que tenemos en Comunidad, de que cada uno desde lo que somos: matrimonios, señoras, jóvenes, etc. le estamos respondiendo al Señor en esta misión que nos confía.

Encontraba que el Amor extremo de Dios es confiarnos su Misión: ¿Me amas?, apacienta. No hay Amor más grande que este, hacer que por tu vida llegue SU VIDA, SU AMOR RESUCITADO a todos, eso desarma interiormente y nos hace caer de rodillas frente al Maestro, como Pedro: ¨apártate de mí que soy pecador¨, o como Tomás: ¨!Señor mío y Dios mío!¨.

Nos transmitía el Señor la semana pasada su deseo de llegar a todos, pero con una intención: hacer de todos ¨UN SOLO REBAÑO¨. Que es el mismo deseo de Jesús y que se lo pide al Padre: ¨Padre, que TODS SEAN UNO, COMO TU Y YO SOMOS UNO¨. Yo he rogado por ellos y por todos aquellos que por su palabra creerán en mí¨. (Jn17,20-21). Poder reconocer los momentos en esta semana donde Jesús ha estado orando por nosotros: en ese momento de predicación, momentos de compartir con alguien, momentos de oración… ¨Yo he rogado por ti y por todos aquellos que por tu palabra, por tu testimonio han creído en mi¨

Nos hace ver que la Misión que el Señor nos confía es que podamos SER UNO en Él, y para eso nos dice: ¨AMENSE LOS UNOS A LOS OTROS COMO YO LOS HE AMADO¨. Este es el mandamiento nuevo, en esto les reconocerán que son mis discípulos, si se aman unos a otros como Yo les he amado. (Jn13,34-35). Cuando Jesús dice esto está hablando a La Comunidad, a sus discípulos; y así nos dice a nosotros Comunidad Verbum Dei Lima, discípulos, amigos de Jesús: Ámense como Yo les he amado.

¿Qué es lo que una persona que se acerca Dios le pide? La paz en su vida, en su hogar, en su entorno. Añoramos ambientes menos competitivos, más humanos, más fraternos, etc. Papás que no saben de la alegría de un hijo cuando ve que los problemas, los malos entendidos, etc. se van arreglando, está más despejado para estudiar, menos preocupaciones y por eso rinde mejor. El peso que se le quita de encima al esposo o esposa que llega al hogar y es UN HOGAR y no un campo de batalla.

Por eso el Señor nos está poniendo el acento en ese: COMO YO TE AMO, así te pido que ames. Porque muchas veces intentamos amar con nuestro amor, pero tarde o temprano nos damos cuenta que se nos acaba, no nos alcanza, no basta.

¿De dónde sale un amor como el suyo?. De la experiencia de cada día sabernos amados por Él en el HOY: cuando tenemos fuerzas y cuando no, cuando tenemos ganas y cuando no, cuando nos sentimos dignos y cuando no, etc.

¿CÓMO ME ESTÁS AMANDO SEÑOR?

Cuando nos creemos esto que nos dice: ¨Ustedes son la luz del mundo¨, y te das cuenta que cumple su Palabra. Nos mandaron por el internet, Julia, algo que ella había elaborado sobre el dinamismo de la Palabra; lo leí y me gustó y pensé en mi familia, mi mamá que está haciendo un camino de oración y se lo mandé al correo de mi cuñada, lo mismo hizo Paty con algunas personas de Quito. Cuando le preguntaba a Jesús ¿cuál es el amor con el que nos estás amando? Me decía: un amor de trascendencia, y si somos fieles a ese amor personal que el Señor tiene por cada uno, entonces seremos UNO en Él y con Él, porque a lo que nos lleva el darnos cuenta cómo nos está amando es a amar como Él y eso hace que nos identifiquemos con el Señor, ser Uno con Él.

La experiencia de Resurrección, parte de captar ese amor personal y exclusivo que Dios tiene por cada uno de nosotros, por eso necesitamos darnos tiempo para reconocerlo, saborearlo, palparlo; porque se nos está manifestando. Le preguntaba al Señor esto: ¿Cómo me estás amando? Y me acordaba de la experiencia de la confesión el domingo. Me acerqué al sacerdote y le dije mis pecados, con ese sentimiento de indignidad con el que uno va, con ese dolor de haberle fallado al Señor, cuando terminé le dije, eso es todo padre, y el sacerdote me preguntó: ¿Y su oración, cómo está? (porque le dije que era consagrada con votos perpetuos). Cuando me hizo esta pregunta, lo que le dije fue: en la oración lo que me doy cuenta es que Jesús me está amando mucho, y está confiando mucho en mí….el sacerdote no me dijo nada más y me dio la absolución. Esa pregunta del sacerdote me dejó en Dios, no me dejó con el peso moral del pecado, sino que me levantó la mirada al Amor y la Misericordia de Dios. Entonces empecé a experimentar cómo la paz volvía a mi corazón, y sobre todo el agradecimiento al Señor que una vez más se estaba derrochando con su Gracia que fortalece e ilumina con la luz de su amor y a la vez nos capacita para amar como él nos está amando: con misericordia, sin exigencias, y sobre todo con un amor que cree y confía.

Como bien dice el texto de Lafrance: ¨Antes de amar a Dios y a los hermanos, hay que vivir la realidad de que Dios me ama, se trata de un Amor recibido, es la vida del Resucitado derramada en nuestros corazones¨.

El Señor nos dice: ¨déjate amar más, para que puedas amar más¨, porque el corazón necesita experimentar mucho amor para darse sin pedir nada a cambio, para no esperar recompensa, para no buscar nada para si mismo, para no retener el amor, la entrega, para poder confiar, para que las heridas causadas por el paso de los otros por nuestra vida cicatricen y curen, para que el dolor no sea más fuerte que el amor.

Como dice la canción: todo lo que hay dentro de mi corazón, necesita ser amado, ….

Entonces nos damos cuenta que pasamos de la muerte a la vida, cuando nos dejamos amar en nuestra realidad, en el Hoy, y solo desde ahí podemos amar bien a los hermanos, con un amor nuevo. (1Jn3,14-16)

Me ayudaba mucho escuchar la experiencia de una persona en un compartir de fe que decía que un día llegó a su casa, ya tarde, con las distancias que tenemos que recorrer, quién no llega tarde, bueno, llegó cansada y con mucha hambre, pero al entrar vio a su hermana pequeña todavía despierta porque no podía hacer una tarea. Entonces ella se le acercó y le preguntó si quería que le ayudara, la hermanita le dijo que si y se quedaron hasta tarde haciendo la tarea. Ella decía: el Señor me dio la fuerza de voluntad que en ese momento necesitaba para ir más allá del cansancio y del hambre, y eso me dio alegría, el haber podido ayudar a mi hermana y acercarme más a ella a través de esto. Y lo más bonito fue que esta persona reconoció que ese momento fue el momento más cercano con Jesús. Porque solo cuando el Amor de Dios se ha derramado en nosotros sin m medida podemos darnos sin medida y como fruto tenemos la experiencia de identificación con Jesús.

Todos los medios que Jesús nos regala me hacen darme cuenta cómo Dios me está amando, lo he podido experimentar este tiempo, al preparar una escuela, una formación, unas pautas, al recibir la Escuela de la Palabra, donde experimentamos también la llamada a la conversión; son medios, instancias de las que el Señor se vale para expresarnos el Tanto Amor que nos tiene, y nos renueva la entrega, las fuerzas para seguir amando, y nos hace valorar nuestra vida, tan amada, a tan alto precio comprada. En estos días el Señor me hacía caer en la cuenta de lo valiosa que es mi vida misionera, mi vocación y consagración a Él, me decía: ¿Te das cuenta Mónica el precio que has pagado por tu vocación?, ¿lo que te ha supuesto?, ¿lo que has dejado?, y ¿el Precio que he pagado Yo por ti y por tu vida misionera?

Como dice el texto que antes les decía: La caridad es siempre fruto de la Pascua de Cristo. Entonces se comprende que un corazón, un cuerpo enteramente penetrados de la Vida del Espíritu experimenten, al mismo tiempo que la oración continúa, en un verdadero amor al prójimo.

¿Cuál es el verdadero amor al prójimo, el verdadero amor que nos debemos en comunidad?, ¿qué es lo que tenemos que cuidar?

El verdadero amor al prójimo y lo que en comunidad nos debemos es el que cada uno nos ayudemos a ponernos cara a cara con Dios, sin prisas, darle tiempo a Dios para que nos hable. A veces es mejor parar a tiempo que nos recojan con cuchara, aunque al principio no lo entendamos, no lo veamos.

La primera semana que fui a la UNI, vi que había tanto que hacer, el Señor me había dicho: ¨esta es la mies que te confío¨, entonces empecé a ver que es realidad esto de que la mies es mucha y los obreros pocos, ya quería estar yo no solo los días que en comunidad habíamos visto que fuera, porque había mucho que hacer antes de que empezara la Confirma; pero al dialogarlo en la comunidad una hermana me aportó que no hacía falta, que defendiera ese día, ese tiempo que tenía para orar, para preparar con calma, con serenidad y sobre todo en oración la Escuela que tenía. Para mi fue una falta de situación de la otra hermana, sentía que no entendía, porque no veía todo lo que había por hacer. Sin embargo me fié y me quedé, lo dialogué con el Señor y me dijo: Fíate, que cada cosa tiene su tiempo, acoge este aporte que te hacen porque es por tu bien, como dice la carta de Pedro:¨Acójanse unos a otros sin quejas, que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios ¨ (1Pe4,10-11)

A cada uno Dios nos da una sensibilidad, un carisma, que es para ponerlo al servicio de la Comunidad, y yo entendía en ese momento que lo que esta hermana estaba haciendo era poniendo su carisma al servicio, lo que Dios a ella le estaba haciendo ver y discernir qué era realmente lo que había que defender y cuidar, y me llamaba a acoger esto porque el Señor quiere hacernos realmente ¨buenos obreros para su mies¨

Entonces te das cuenta que realmente ORAR ES AMAR, porque solo desde la oración, desde el diálogo así cara a cara con Dios surge el amor nuevo, el amor que el otro necesita, aunque haya momentos que suponga pasar por la cruz, dejarnos ceñir por el otro.

Entonces surge esa Comunidad Resucitada, donde todo lo ponen en común y da testimonio de Jesús y va teniendo un solo corazón, porque cada uno va rozando con el Amor de Jesús.(Hch4,32-37).

Y vamos viendo que cuando cada uno escuchamos a Dios y hacemos lo que Él nos dice, la oración nos lleva a un verdadero amor al prójimo. Y cada uno va poniendo ese sabor especial del amor desde lo que somos, y eso es lo que hace la riqueza de la Comunidad, cuando cada uno capta ese Amor con que el Señor nos está amando.

Es un amor experimentado cada día que te hace implicarte, ir más allá de lo establecido, de lo que siempre se ha hecho, de lo que ha resultado o no ha resultado. Ves personas que te dicen: por experiencia te digo que esto no saldrá, que siempre pasa lo mismo, que nadie se compromete, personas que han dejado de creer en la capacidad de compromiso de los otros, en la capacidad de llevar hasta el final algo y han bajado los brazos, se conforman con los mínimos, y el Señor te dice: Ve más allá, puede que haya sido así, pero también es verdad que las cosas pueden cambiar, inténtalo, implícate, sin pasar por encima del otro, con respeto, pero a lo mejor el otro necesita volver a creer, volver a apostar por el trabajo en equipo, por creer el compromiso de todos.


 

En ese proceso que el Señor va haciendo con nuestra vida, Él mismo se compromete nos va revistiendo de ese vestido nuevo del que habla el Apocalipsis 7,13-17, del amor nuevo, que no nos queda grande, es para nosotros, para cada uno y va haciendo de nosotros o esa esposa embellecida y adornada de su amor, o ese hijo a su imagen y semejanza, amor como Él es amor.

Me acordaba de esta historia que cuentan de aquel pueblo al que han invitado al Rey, entonces el alcalde comunica a todos los habitantes que cada uno debe dejar del mejor vino que tenga, ya que era un pueblo donde se daba vino del bueno, que dejaran en un barril que estaría colocado en la plaza, para poder ofrecérselo al Rey el día de su visita. Todos se enteraron del comunicado, pero todos pensaron, si yo pongo agua en lugar de vino, nadie se enterará, no se darán cuenta, y así lo hicieron, lo que nadie sabía era que todos habían pensado lo mismo. La sorpresa se la llevaron cuando llegó el Rey y el alcalde muy orgulloso del vino que ahí se producía le brindó un poco y resultó que era ¨agua¨, no sabía a vino, sino a agua, porque todos habían pensado lo mismo, que nadie se daría cuenta si solo una persona no ponía vino.

Que no nos pase lo mismo, porque el Señor cada día nos da a probar de un buen vino, del mejor vino que es su Amor, y que sin reserva, sin pensar que no es tan bueno lo pongamos para que todos puedan probar y disfrutar ese amor auténtico.

A veces uno se quiere evadir, nadie se dará cuenta, o nos queremos escapar, porque esperamos que el otro ponga, que el otro lo haga, tú tienes para poner y tu vino es bueno, es válido, y sirve para los demás porque te lo ha dado el Señor a ti para los demás.


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

FRAGUA DE AMOR

El Amor se goza en la verdad